Se cree que un asteroide de unos 5.6 kilómetros de ancho se estrelló contra lo que hoy es la península de Yucatán en México hace unos 9 millones de años, acabando con el 66 por ciento de las especies de la Tierra. La roca mortal golpeó con la fuerza de 75 mil millones de bombas nucleares, dicen los expertos, y envió tantas partículas de hollín y sulfato a la atmósfera que bloqueó el Sol, enfriando el planeta y provocando un colapso del ecosistema que acabó con todos los no aviarios. dinosaurios. Pero según un nuevo estudio, si hubiera golpeado casi en cualquier otro lugar, el daño no habría sido tan catastrófico y los dinosaurios podrían haber sobrevivido.
Todo comenzó con una explosión:
En un artículo de noviembre de 2017 publicado en Scientific Reports, los científicos japoneses afirman que solo el 13 por ciento de la superficie de la Tierra tenía la composición adecuada para instigar tal extinción masiva.
Los dinosaurios aún podrían estar deambulando por la Tierra, dicen, si el objeto celeste hubiera golpeado casi en cualquier otro lugar del planeta.
La zona de impacto era rica en hidrocarburos y sulfatos, escribieron los científicos, y el impacto produjo un guiso mortal de «aerosoles de hollín y sulfato estratosférico», lo que provocó un enfriamiento global extremo y una sequía.