Las películas a pedido son películas a las que se puede acceder y ver instantáneamente sin necesidad de obtener una copia física. A veces, estas películas están disponibles por cable, satélite u otras formas de servicio de televisión. También se pueden ver en Internet a través de una variedad de servicios diferentes. El precio y la disponibilidad de las películas bajo demanda tienden a variar según el modo de distribución. Algunos programas, por ejemplo, cobran una tarifa diferente por cada película, mientras que otros están basados en suscripción y permiten que una persona vea un número limitado o ilimitado de películas por un precio fijo.
La popularidad de las películas bajo demanda se basa principalmente en la conveniencia. En lugar de tener que conducir hasta la tienda de alquiler de películas para alquilar una copia física de la película, uno puede simplemente navegar por un menú en un televisor o computadora y ver la película deseada al instante. Además, no hay necesidad de preocuparse por devolver la película, ya que automáticamente deja de estar disponible cuando expira el período de alquiler o la suscripción. El arrendatario tampoco tiene que preocuparse por dañar o perder una copia física, por lo que casi no hay riesgo de incurrir en tarifas además de la tarifa inicial de alquiler o suscripción.
Hay algunas desventajas de las películas a pedido. Por ejemplo, la mayoría de las películas a pedido no incluyen las características especiales, como los comentarios del director y las escenas eliminadas, que vienen con copias físicas de las películas. Además, la calidad de las películas bajo demanda a menudo es deficiente en comparación con sus contrapartes físicas, ya que una mayor calidad requiere una mayor tasa de transferencia de datos que puede no estar disponible para todos; las personas con conexiones lentas a Internet a menudo necesitan esperar a que se carguen las películas en línea, por lo que alquilar copias físicas puede ser una mejor opción.
Hay dos modelos principales de facturación y alquiler de películas a pedido. Una forma, ofrecida con mayor frecuencia por los proveedores de servicios de televisión, es similar al alquiler de películas físicas tradicionales en el sentido de que se paga por cada película. En la otra forma, uno paga una tarifa de suscripción mensual para ver tantas películas como desee. Si bien el modelo de pago por película generalmente permite un acceso más amplio a los nuevos estrenos, los servicios de suscripción tienden a ser más populares porque permiten ver más películas por menos dinero.
Un posible efecto secundario positivo de la creciente popularidad de las películas bajo demanda es la disminución de la piratería de películas. La disponibilidad económica, conveniente y generalizada de casi todas las películas populares y muchas más oscuras elimina gran parte de la motivación para descargar ilegalmente las mismas películas. El consumidor final puede ver películas económicas y tanto la empresa de alquiler como la empresa cinematográfica obtienen beneficios.