El asbesto es un material muy útil, pero también extremadamente peligroso. Está hecho de seis minerales fibrosos separados: crisotilo, crocidolita, amosita, tremolita, antofilita y actinolita. Aunque se ha utilizado en una variedad de productos desde principios de la década de 1900, no fue hasta las décadas de 1960 y 70 que sus efectos se hicieron evidentes. Las personas que están expuestas a este material pueden experimentar una variedad de problemas de salud.
Casi todo el mundo ha estado expuesto a alguna forma de asbesto durante su vida diaria. Es extremadamente retardante del calor, por lo que se utiliza en productos como pastillas de freno de vehículos, tejas para techos y baldosas. También se encuentra comúnmente en aislamientos viejos para conductos de calefacción y tuberías de agua. El uso de tales productos ha disminuido rápidamente en los Estados Unidos a fines del siglo XX, pero todavía se usa comúnmente en algunos países en desarrollo.
Cuando se deja en un estado inalterado, el asbesto no es dañino. Sin embargo, cortarlo o rasgarlo libera pequeñas partículas fibrosas en el aire. Estos no se disuelven y pueden permanecer indefinidamente. La inhalación de estas fibras durante un período prolongado puede causar una variedad de trastornos respiratorios y pulmonares, problemas cardíacos y ciertos cánceres, incluido el mesotelioma.
Si bien la exposición mínima puede no causar problemas, muchas personas aún optan por contratar empresas de eliminación para eliminar los productos de asbesto de sus hogares, escuelas y edificios de oficinas. Los trabajadores de mitigación usan ropa aislante y máscaras con casco diseñadas para prohibir que la sustancia entre en sus cuerpos. También aseguran y aíslan el área para asegurar que todo el polvo y los subproductos estén contenidos.
Una de las afecciones más comunes causadas por la exposición al asbesto es la asbestosis, una afección en la que el tejido pulmonar se cicatriza. Las personas con esta afección experimentan dificultad para respirar, tos crónica y, en etapas avanzadas, espasmos. No existe una cura conocida para la asbestosis. Los trabajadores que extraen los materiales utilizados para crear asbesto corren un mayor riesgo de exposición, al igual que los empleados de las plantas de fabricación donde se fabrican los productos de asbesto.