Los estados de hipercoagulabilidad es un término que se refiere a los estados en los que la sangre tiene más probabilidades de coagularse o coagularse. Si bien la sangre normalmente se coagula como una forma de detener el sangrado y comenzar el proceso de curación, la coagulación anormal de la sangre puede bloquear arterias y venas. Esto puede conducir a condiciones médicas peligrosas como trombosis venosa profunda o accidente cerebrovascular. Existen diferentes estados de hipercoagulabilidad y pueden ser heredados o adquiridos. Esto significa que el individuo afectado nace con el trastorno o lo desarrolla en algún momento más adelante en su vida.
Los estados de hipercoagulabilidad heredados pueden ser causados por una variedad de cosas. La causa hereditaria más común de la afección es una proteína llamada factor V Leiden. Por lo general, esta proteína ayuda a coagular la sangre en circunstancias normales, pero debido a una mutación genética, la proteína no se descompone como debería y, por lo tanto, aumenta el riesgo de que el individuo forme coágulos sanguíneos anormales. Otras causas de estados de hipercoagulabilidad hereditarios incluyen la mutación del gen de la protrombina y las deficiencias en las proteínas que previenen la formación de coágulos sanguíneos. Los ejemplos de estas proteínas incluyen antitrombina III, proteína C y proteína S.
Los estados de hipercoagulabilidad adquiridos generalmente son causados por medicamentos o condiciones médicas; ciertas situaciones también pueden influir. Los medicamentos que pueden provocar la afección incluyen las píldoras anticonceptivas y el estrógeno, así como las hormonas femeninas debido a la terapia de reemplazo hormonal. Algunos ejemplos de afecciones médicas incluyen el síndrome de anticuerpos antifosfolípidos, el cáncer y una cirugía reciente. Además, las situaciones que pueden causar estados de hipercoagulabilidad incluyen la deshidratación, así como estar acostado o sentado en un lugar por mucho tiempo, como durante el reposo en cama o cuando se está en un automóvil o avión.
Para diagnosticar estados de hipercoagulabilidad, un médico primero deberá conocer el historial médico de una persona. La coagulación sanguínea anormal, los abortos espontáneos frecuentes y el sufrir un derrame cerebral cuando son jóvenes son signos de que una persona podría tener la enfermedad. Si el médico sospecha que la persona sí tiene la afección, podría solicitar pruebas para confirmar el diagnóstico. Las pruebas incluyen la prueba de tiempo de tromboplastina parcial activada (aPTT), la prueba de tiempo de protrombina (PT) y la prueba de tiempo de trombina. Hay muchas otras pruebas que un médico también puede ordenar, incluidas las que miden los anticuerpos antifosfolípidos o la actividad de las proteínas.
Generalmente, un médico puede recomendar medicamentos anticoagulantes para tratar estados de hipercoagulabilidad. Los medicamentos anticoagulantes actúan diluyendo la sangre para evitar que se formen coágulos de sangre. La heparina y la warfarina son solo dos tipos de medicamentos anticoagulantes que el médico puede recetar.