Los quistes ováricos funcionales son una afección común para muchas mujeres sanas que menstrúan y, por lo general, son benignos. Muchas mujeres, de hecho, ni siquiera se dan cuenta de que las tienen, porque a menudo son asintomáticas. Sin embargo, hay ocasiones en las que el quiste puede volverse tan grande que sus paredes se debilitan y hacen que estalle. Los síntomas de la ruptura de un quiste ovárico pueden ser difíciles de identificar, porque el dolor general asociado con un quiste no roto puede ser similar al de uno roto. En otros casos, el dolor en la zona pélvica puede ser agudo y severo, y puede haber una sensación de presión en la parte inferior del abdomen; También pueden presentarse ciclos menstruales irregulares o manchado poco común, náuseas y vómitos.
Aunque los quistes ováricos a menudo se presentan sin síntomas, algunas mujeres descubren que crean un malestar leve pero persistente, especialmente antes y directamente después del ciclo menstrual. Esto también es cierto para un crecimiento roto, aunque un quiste ovárico reventado puede causar un dolor pélvico más intenso, punzante o punzante que puede extenderse a la espalda baja. Este dolor puede volverse especialmente notorio durante o después de las relaciones sexuales, mientras se realizan actividades físicas o ejercicios diarios, o durante las evacuaciones intestinales o la micción. Además del dolor, la parte inferior del abdomen puede distenderse, lo que puede crear una sensación de presión en el área, que generalmente es sensible al tacto.
Los síntomas de la ruptura de un quiste ovárico a menudo interferirán con el ciclo menstrual, pero pueden variar mucho de una persona a otra. La mayoría de las mujeres notarán irregularidades en su ciclo menstrual, lo que puede cambiar la duración del período o las fechas en las que ocurre, o su período menstrual puede cesar por completo. En algunos casos, la cantidad de sangrado puede aumentar o disminuir significativamente.
Además del dolor y un ciclo menstrual irregular, otros síntomas pueden incluir hinchazón o sensibilidad en los senos, indigestión o gases, diarrea o estreñimiento, necesidad frecuente de orinar, pérdida del apetito, piel pálida, debilidad, vómitos y mareos. Estos síntomas pueden indicar una infección o hemorragia interna. Cualquier persona que experimente estos síntomas debe ser tratada por un profesional médico lo antes posible.
En muchos casos, los quistes ováricos intactos se resolverán solos; sin embargo, las mujeres que crean que tienen un quiste ovárico roto deben buscar atención médica, ya que las complicaciones pueden poner en peligro la vida. Dependiendo de la gravedad del caso, muchos profesionales médicos intentarán estabilizar la condición del paciente y luego tratarán el problema con antibióticos. Si ocurren complicaciones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.