¿Qué causa los nervios atrapados?

Los nervios atrapados ocurren cuando se ejerce una presión anormal sobre un nervio. Las lesiones o afecciones que causan inflamación o hinchazón de los tejidos circundantes pueden crear una fuerza adicional sobre el nervio. En consecuencia, se produce una reducción del flujo sanguíneo. Esto puede provocar irritación de los nervios y desencadenar sensaciones que no son típicas. Incluso un empujón repetido o prolongado sobre un nervio puede comprimirlo o atraparlo.

Cuando un cuerpo se lesiona, el proceso inflamatorio es el mecanismo de protección y curación del cuerpo. Caracterizada por hinchazón, la inflamación puede afectar los tendones, ligamentos y músculos que rodean los nervios y apretarlos. Condiciones como hernias discales, artritis y lesiones, como quistes o tumores donde hay una masa irregular o una protuberancia, pueden comprimir o restringir un nervio.

También conocidos como nervios pellizcados o neuropatía por compresión, los nervios atrapados pueden causar sensaciones como un pinchazo o ardor y dolor. También puede provocar una sensación de entumecimiento o debilidad. Estos sentimientos pueden viajar a lo largo del nervio, creando una condición llamada dolor referido o irradiado. Esto es cuando la ubicación de la presión nerviosa no es donde se sienten los síntomas reales. El dolor en la pierna o el pie, por ejemplo, podría desencadenarse por una hernia de disco en la zona lumbar o lumbar.

La irritación nerviosa puede ser provocada por la persona que permanece en una posición durante un período prolongado o por movimientos repetitivos. El síndrome del túnel carpiano es un ejemplo en el que el nervio mediano de la muñeca se irrita y se pellizca. Esto podría deberse a mantener la mano y la muñeca en una mala posición durante largos períodos de tiempo con demasiada presión sobre el nervio. También podría ser provocado por movimientos constantes y recurrentes de la mano y la muñeca, lo que hace que el área alrededor del nervio se hinche.

Cuando el nervio se contrae, el flujo de sangre se ralentiza. Este lento movimiento de la sangre puede hacer que los nervios sean extremadamente sensibles incluso a pequeñas cantidades de cambios en la presión. La diabetes restringe el flujo sanguíneo a los nervios, lo que puede desencadenar síntomas de atrapamiento nervioso.

Algunas condiciones de salud causan inflamación que podría provocar la compresión de los nervios. La artritis y el lupus pueden producir problemas de inflamación crónica. La presión a largo plazo sobre los nervios puede desencadenar síntomas constantes y, finalmente, provocar daños en los nervios. La fuerza persistente sobre el nervio también puede provocar debilidad en los músculos que lo rodean. Los nervios atrapados de larga duración o recurrentes también pueden hacer que el músculo se desgaste. Ésta es una condición llamada atrofia.