¿Qué es la lesión renal aguda?

Una lesión renal aguda (LRA) ocurre cuando uno o ambos riñones de repente no pueden filtrar toxinas peligrosas y otros líquidos de desecho del cuerpo. A menudo, la primera indicación de insuficiencia renal es una disminución repentina de la diuresis y dolor abdominal. Hay tres tipos de AKI: prerrenal, intrínseca y posrenal. La lesión renal aguda se clasifica según el origen de la insuficiencia renal.

La lesión renal aguda prerrenal se refiere a los daños que resultan de una disminución del flujo sanguíneo hacia y desde los riñones. Las causas generales de la LRA prerrenal están relacionadas con cambios en el volumen sanguíneo del cuerpo o presión arterial baja debido a una enfermedad cardíaca. Los riñones no pueden producir suficiente orina para desintoxicar el cuerpo sin una presión de líquido adecuada. Si hay un coágulo de sangre que conduce al riñón, el flujo sanguíneo se puede interrumpir en el camino hacia el riñón. Los riñones pueden recuperarse después de la diálisis para eliminar los desechos que se acumulan en el cuerpo.

La lesión renal aguda intrínseca es causada por daño a la estructura del riñón. Es posible que el riñón esté mal formado o que se haya establecido una inflamación en los riñones, lo que hace que los riñones funcionen incorrectamente. El tratamiento para la lesión renal aguda intrínseca es la diálisis, que reemplaza las funciones de filtrado de los riñones. En caso de insuficiencia renal completa, puede ser necesario un trasplante de uno o ambos riñones.

La lesión renal aguda posrenal es el resultado de una obstrucción del tracto urinario. Es posible que los riñones aún puedan funcionar normalmente, pero una acumulación de líquido del proceso de filtración hace que el sistema renal se abrume con la presión y, finalmente, disminuye la eficiencia de los riñones. El tratamiento comienza insertando un catéter para aliviar la presión de la orina atrapada. Luego, se escanea el abdomen mediante tomografía computarizada (TC) para determinar dónde se ha producido el bloqueo. Finalmente, se elimina el bloqueo, restaurando la función de los riñones.

El tratamiento de la lesión renal aguda se centra en reemplazar la función de los riñones. El médico ordenará líquidos por vía intravenosa para aumentar la presión dentro de los riñones y estimular una mayor producción de orina. Si los análisis de sangre muestran una acumulación de toxinas, se puede solicitar diálisis de forma continua o dos o tres veces por semana. La lesión renal aguda causada por el uso excesivo de algunos medicamentos, como el paracetamol o el ibuprofeno, puede aliviarse después de que los medicamentos ya no se utilicen. En la mayoría de los casos, los riñones se recuperarán después del tratamiento y se puede suspender la diálisis.