El término «período de latencia» puede referirse a dos cosas diferentes en el mundo médico. En el primer sentido, un período de latencia es un período en el que alguien está infectado con una enfermedad, pero no se observan síntomas. Esta etapa también se conoce como período de incubación, lo que refleja la idea de que la enfermedad se está incubando en el cuerpo. Los psicoanalistas también usan el término “período de latencia” si se suscriben al enfoque freudiano, usando el término para referirse a una etapa específica en el desarrollo infantil.
En el primer sentido, el período de latencia de la enfermedad es un tema de gran interés entre los epidemiólogos e investigadores médicos. Cuando alguien está infectado con una enfermedad, puede transmitirla, incluso si no hay síntomas, y el período de latencia a menudo representa una ventana de oportunidad para que una enfermedad se propague por todas partes sin que el huésped se dé cuenta. Los períodos de latencia tienden a ser más largos en los adultos que en los niños o en las personas con el sistema inmunológico comprometido, lo que refleja la lucha del cuerpo contra el invasor, lo que retrasa la aparición de los síntomas.
Los períodos de latencia pueden tener una duración variable. Algunas infecciones se presentan en unas pocas horas o días. Por ejemplo, las personas que consumen toxinas que causan enfermedades a menudo experimentan un período de latencia muy corto entre la ingestión de la toxina y la aparición de los síntomas. En otros casos, una enfermedad puede permanecer inactiva durante meses o años, manifestándose muchos años después de haber sido contraída. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) es un ejemplo de enfermedad con un período de latencia muy largo, de hasta 30 años en algunos casos.
Durante el período de incubación, los huéspedes pueden propagar una infección sin saberlo porque no saben que son portadores de una. En enfermedades con un período de latencia prolongado, esto puede significar que el hospedador infecta a muchas otras personas que no pueden rastrear su contacto con el hospedador para determinar dónde contrajeron la enfermedad. Este era un problema común con el VIH en la década de 1980, cuando las personas infectadas transmitían la enfermedad a contactos sexuales casuales y receptores de hemoderivados sin siquiera saber que estaban enfermos.
En el sentido freudiano, el período de latencia se produce entre los cinco o seis años y la adolescencia temprana. Es la cuarta de las cinco etapas del desarrollo, caracterizada por la aparición de impulsos sexuales sublimados o reprimidos. Según la teoría psicoanalítica, las personas en su fase de latencia tienden a buscar la compañía de personas del mismo género y pueden desarrollar una serie de emociones sobre la actividad sexual en respuesta a sus propias señales subconscientes y culturales y sociales.