La fatiga severa es una condición en la que un individuo exhibe una falta de energía, hasta e incluso sentirse cansado y no descansado después de dormir profundamente durante la noche. Esta forma de fatiga extrema va más allá del cansancio habitual que muchas personas sienten después de un día de actividad. Algunas personas que padecen este tipo de fatiga profunda describen la condición como tan cansada que incluso los huesos de la estructura esquelética parecen fatigados. En algunos sectores de la comunidad médica, la fatiga severa que persiste durante un período de seis meses constituye un motivo para el diagnóstico de síndrome de fatiga crónica o SFC.
Hay una serie de problemas de salud que pueden desencadenar un período de fatiga severa. Uno de los más comunes es la depresión. Es probable que un individuo que sufre este trastorno emocional atraviese períodos en los que casi cualquier tipo de acción física parece imposible. Los brazos y las piernas pueden sentirse casi pesados, lo que desalienta al individuo a participar en cualquier actividad que requiera más que un esfuerzo mínimo. Cuando se diagnostica la depresión y se inicia el tratamiento, el individuo comenzará a notar un aumento lento pero constante de energía, así como un interés renovado en participar en las actividades que antes eran tan fáciles de realizar.
La fatiga severa también puede ocurrir debido a problemas de salud como deficiencias nutricionales. Esto es particularmente cierto para las personas que padecen anemia o que recientemente han sufrido un estrés severo. A menudo, aumentar la ingesta de hierro reducirá la anemia y permitirá que las reservas de energía vuelvan a los límites normales. Eliminar o minimizar el estrés también puede ayudar a eliminar la fatiga severa, ya que se reduce la demanda excesiva en el suministro del cuerpo de ciertos nutrientes como las vitaminas B y minerales como el calcio y el magnesio. En ese momento, el reemplazo de las vitaminas B solubles en agua y varios minerales esenciales ayudará a recuperarse de la fatiga.
El estilo de vida también puede aumentar la probabilidad de experimentar fatiga severa. El uso excesivo de alcohol y productos de tabaco puede interferir con la absorción natural de varios nutrientes, dejando al cuerpo con menos recursos para su correcto funcionamiento. La obesidad a menudo va acompañada de un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y niveles poco saludables de colesterol malo en la sangre, y puede ser la causa subyacente del cansancio constante. Comer comidas equilibradas, hacer ejercicio durante al menos treinta minutos tres o cuatro veces por semana, reducir el consumo de alcohol y dejar de fumar a menudo marcará una diferencia significativa en los niveles de energía en un corto período de tiempo.