Una reacción alérgica al aguacate puede adoptar dos formas diferentes. La primera se conoce como alergia al polen de abedul y la segunda implica una alergia a los productos de látex. Algunos de los síntomas más comunes incluyen reacciones cutáneas, hinchazón y alteraciones digestivas. En los casos más graves, puede desarrollarse un tipo de reacción alérgica potencialmente mortal conocida como anafilaxia.
La alergia al polen de abedul es la forma más común de reacción alérgica al aguacate. Este tipo de alergia generalmente causa reacciones locales y no se disemina por todo el cuerpo. Los síntomas comunes incluyen enrojecimiento, irritación o hinchazón alrededor de la boca u otras partes del cuerpo que han estado en contacto con un producto que contiene aguacate. Estos síntomas generalmente se desarrollan a los pocos minutos del contacto y generalmente desaparecen poco después sin ningún tratamiento médico en particular, dependiendo de la gravedad de la alergia.
El segundo tipo de reacción alérgica está relacionado con una alergia al látex y es mucho más grave. Pueden ocurrir reacciones cutáneas graves, como urticaria o eccema, entre las personas con este tipo de alergia. También pueden aparecer calambres abdominales y otras alteraciones gastrointestinales. Los alimentos como el kiwi, los plátanos y los melones están relacionados con el aguacate y las personas con este tipo de alergia deben evitarlos.
La anafilaxia es el tipo más grave de reacción alérgica al aguacate y puede resultar fatal en cuestión de minutos si no se obtiene asistencia médica de emergencia. Los síntomas de la anafilaxia pueden incluir dolor en el pecho, hinchazón facial y dificultad para respirar. Quienes sufren este tipo de reacción pueden requerir oxigenoterapia u otras medidas de soporte vital en un entorno hospitalario. Un tipo especial de medicamento inyectable conocido como epinefrina generalmente se prescribe para aquellos que han tenido una reacción anafiláctica y está diseñado para que el paciente lo lleve en todo momento en caso de una recurrencia. Dado que es posible que las personas no puedan discernir inmediatamente la diferencia entre una reacción alérgica leve y grave, es mejor que las personas hablen con un profesional médico si se desarrollan síntomas alérgicos potenciales.