El trauma físico es una lesión física que es grave y puede poner en peligro la vida de un paciente. Las causas comunes de trauma físico incluyen accidentes automovilísticos, quemaduras, ahogamientos, explosiones, lesiones por aplastamiento y palizas severas. El tratamiento para el trauma físico generalmente debe realizarse en un entorno hospitalario y puede incluir cirugía, así como una rehabilitación prolongada. El pronóstico varía según la extensión de las lesiones, la salud del paciente en el momento de la lesión y la rapidez con la que se administra el tratamiento.
Hay una serie de preocupaciones con el trauma físico. Los problemas inmediatos pueden incluir pérdida de sangre, daño cerebral, insuficiencia respiratoria y dolor intenso. Los pacientes deben ser evaluados rápidamente para identificar sus lesiones y determinar qué lesiones son más graves. También deben recibir apoyo si son inestables con tratamientos como líquidos intravenosos y transfusiones de sangre para controlar la pérdida de sangre, ventilación si no pueden respirar de forma independiente y vendajes para detener o ralentizar el sangrado.
Un estudio de trauma físico también incluye evaluaciones de posibles complicaciones y lesiones secundarias. Esto puede incluir exámenes neurológicos para identificar signos de lesiones en el cerebro, ya que el daño cerebral no siempre es evidente, junto con estudios de imágenes médicas para buscar hemorragias internas, fracturas no diagnosticadas y otras lesiones que podrían ser peligrosas si no se tratan. Las heridas también deben limpiarse a fondo para eliminar los contaminantes de la escena, con el objetivo de reducir la infección, y los pacientes pueden recibir antibióticos profilácticos y otros medicamentos para prevenir la inflamación y la infección.
Los hospitales manejan traumatismos físicos en salas de emergencia y unidades de traumatología. Los equipos de atención pueden incluir enfermeras, médicos y una variedad de especialistas médicos que pueden ser consultados para abordar problemas específicos como fracturas y daño de órganos. Los psicólogos y los profesionales de la rehabilitación también suelen dedicar tiempo a los pacientes que han sufrido un trauma para identificar problemas que deberán abordarse una vez que el paciente esté estable y en recuperación.
Los proveedores de atención médica que se especializan en la atención de trauma incluyen paramédicos, enfermeras de la sala de emergencias y cirujanos de trauma. Estos profesionales deben poder actuar rápidamente para evaluar y cuidar a un paciente, a veces en situaciones caóticas y perturbadoras. La capacitación para personas interesadas en brindar atención de trauma se brinda en una variedad de entornos para que las personas se acostumbren a trabajar en entornos mixtos. Además de recibir capacitación médica, los proveedores de atención traumatológica también deben aprender a trabajar con las fuerzas del orden y otros servicios de emergencia y deben estar familiarizados con los protocolos relevantes para traumas masivos, como planes para manejar ataques terroristas, derrumbes de edificios y otras emergencias.