Se sabe que la pancreatitis y la diabetes están conectadas al menos de dos formas comunes. Dado que el páncreas es responsable de la producción de insulina en el cuerpo, cualquier daño a este órgano resulta en una menor producción de insulina. Si un paciente sufre de ataques crónicos graves de pancreatitis, puede provocar cicatrices en el páncreas o requerir la extracción del órgano. Cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina, a menudo resulta en diabetes.
Por otro lado, la diabetes tipo II ha sido reconocida como una de las causas subyacentes de la inflamación pancreática. Esta condición crea una mayor demanda de las células productoras de insulina del páncreas. Como resultado, puede provocar pancreatitis crónica.
La inflamación del páncreas o pancreatitis puede deberse a varios factores. Las causas comunes de los síntomas de la pancreatitis aguda incluyen cálculos biliares, consumo excesivo de alcohol y uso de drogas. Aunque la pancreatitis aguda generalmente no causa un daño significativo a la producción de insulina del cuerpo, los ataques repetidos o la falta de tratamiento de la afección pueden resultar en daños acumulativos en el órgano.
La pancreatitis crónica y la diabetes están casi invariablemente ligadas. A medida que se dañan el páncreas y los islotes de Langerhans, el tejido cicatricial resultante evita que los órganos cumplan sus funciones de producción y administración de insulina. En algunos casos, también se pueden formar cálculos pancreáticos, lo que daña aún más los órganos y causa un dolor intenso. Cuando esto sucede, la cirugía para extirpar el páncreas resulta en diabetes tipo I, porque el paciente ya no podrá producir insulina de forma natural.
Algunos datos sugieren que las personas a las que se les ha diagnosticado diabetes tipo II tienen hasta tres veces más probabilidades de verse afectadas por los síntomas de la pancreatitis. Los pacientes diabéticos entre 18 y 30 años de edad pueden tener incluso más probabilidades de desarrollar pancreatitis y diabetes tipo I en el futuro. Debido al vínculo conocido entre la pancreatitis y la diabetes, la ciencia médica pone un fuerte énfasis en la atención preventiva durante las primeras etapas de la diabetes tipo II.
Es importante comprender que la pancreatitis y la diabetes son dos afecciones distintas. Cualquiera de las condiciones puede existir sin la otra, pero a menudo una precede a la otra. Como resultado, los pacientes que han sido diagnosticados con diabetes tipo I a veces son enviados a procedimientos de prueba de diagnóstico de pancreatitis para descartar trastornos pancreáticos. Un diagnóstico que incluye pancreatitis o diabetes también puede considerarse un indicador de la posible existencia de la otra afección en los cuestionarios de detección médica.