El autismo leve o de alto funcionamiento es una forma de trastorno generalizado del desarrollo que se caracteriza por síntomas que son menos graves y notorios que la mayoría de los otros casos. Como resultado, los niños con autismo leve pueden no manifestar ningún síntoma observable hasta que tengan al menos tres años. A diferencia de los individuos autistas típicos, aquellos con autismo leve pueden desarrollar un habla adecuada, tener una inteligencia normal o excepcional y un funcionamiento relativamente alto. La investigación ha demostrado que, en algunos casos, los niños con autismo leve pueden recuperarse si se exponen a una intervención terapéutica temprana.
Una persona que se considera levemente autista puede parecer de alto funcionamiento en comparación con las personas con autismo clásico. Las personas con autismo leve generalmente desarrollan una habilidad normal para hablar, pueden leer y escribir, jugar y hacer las tareas del hogar. En casos raros, estas personas pueden ser estudiantes universitarios exitosos y vivir de forma independiente.
Las personas con autismo leve suelen tener una capacidad normal para hablar, pero pueden tener dificultades para iniciar o prolongar una conversación. El humor y las señales sociales pueden ser difíciles, pero no imposibles de comprender. Las personas levemente autistas también pueden concentrarse en un solo tema y discutirlo en profundidad independientemente del tema original de conversación.
Recitar hechos o detalles o citar extensamente libros o películas es otro comportamiento común de las personas con autismo leve. Por ejemplo, una persona levemente autista puede responder a una pregunta sobre la escuela o el clima nombrando todas las partes en un refrigerador. Como resultado, los niños y adultos con autismo leve pueden tener dificultades para entablar amistad con otras personas.
Un niño que es levemente autista puede fijarse en un objeto como un juguete hasta tal punto que se vuelve inconsciente de cualquier otra persona cercana. El contacto visual puede ser difícil de mantener para las personas con autismo leve. Los comportamientos adicionales del autismo leve pueden incluir habilidades motoras poco desarrolladas, falta de empatía por los demás y problemas sensoriales.
Aunque algunos profesionales médicos sostienen que el autismo leve es indistinguible del síndrome de Asperger, no hay consenso entre los médicos. Las personas con síndrome de Asperger muestran muchos comportamientos asociados con el autismo leve o de alto funcionamiento, como interacción social alterada e intereses limitados. Además, las personas con Asperger generalmente no sufren retraso del habla o desarrollo cognitivo.
Los estudios han demostrado que los niños con autismo leve pueden recuperarse del trastorno si se exponen temprano a una intervención terapéutica rigurosa. El análisis conductual aplicado, una terapia que se centra en mejorar los comportamientos y las habilidades, puede tener el mayor efecto en las personas autistas. Incluso si un niño puede recuperarse del autismo, es posible que tenga un mayor riesgo de padecer afecciones relacionadas, como ansiedad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y depresión.