La acrodermatitis crónica atrófica (ACA) es una afección de la piel durante las últimas etapas de la enfermedad de Lyme, o borreliosis de Lyme, que es causada por el organismo infeccioso llamado Borrelia burgdorferi o Borrelia afzelii. En la acrodermatitis crónica atrófica, la piel sufre una atrofia gradual, una reducción de tamaño debido a una disminución tanto del tamaño como del número de células. Esta enfermedad, que también se llama enfermedad de Herxheimer o atrofia difusa primaria, tiene una etapa inflamatoria temprana, en la que hay enrojecimiento difuso o localizado o decoloración rojo azulada, y se puede observar hinchazón de la piel. A medida que se propaga, las superficies extensoras y articulares de las extremidades se ven afectadas. La naturaleza diseminada de las lesiones cutáneas es la razón por la que se denominan eritema migratorio.
Durante la última etapa de la acrodermatitis crónica atrófica, hay marcada fibrosis, esclerosis y atrofia. Como resultado, la piel se arruga y se suelta de manera prominente, lo que provoca la caída del cabello. Algunas personas pueden encontrar parches escleróticos prominentes y bandas fibróticas sobre la tibia o el cúbito, que se denominan bandas pretibiales y bandas cubitales, respectivamente. Se sabe que el ACA causa problemas en el sistema nervioso periférico, como la alodinia, la experiencia del dolor con estímulos normales no dolorosos. Otras personas experimentan dolor persistente o intermitente en las extremidades, y estos problemas se clasifican como neuropatías periféricas.
Para diagnosticar la acrodermatitis crónica atrófica, se requiere una confirmación de la presencia de lesiones cutáneas y piel similar al papel tisú, junto con pruebas serológicas y biopsia de piel. Es necesaria la extracción de sangre para determinar el nivel de inmunoglobulina G (IgG) en suero, que está elevado la mayor parte del tiempo. La biopsia de las lesiones cutáneas precoces de ACA muestra la presencia de células inflamatorias en la dermis junto con linfocitos y células plasmáticas, pérdida de las crestas rete y reducción de las fibras elásticas, así como del tamaño y número de células. Puede ocurrir dilatación o agrandamiento de los vasos sanguíneos y formación de vacuolas que se asemejan a las células grasas. También hay fibrosis, que se manifiesta por un mayor número de células productoras de colágeno llamadas fibroblastos, haces de colágeno y esclerosis, o la formación de haces de colágeno gruesos.
La acrodermatitis crónica atrófica se trata mejor en su etapa inflamatoria temprana. El agente es una espiroqueta infecciosa, por lo que el tratamiento principal de esta afección incluye doxiciclina o penicilina durante cuatro semanas. Cuando la acrodermatitis crónica atrófica se detecta en su etapa tardía, puede ser difícil revertir la atrofia y la limitación de los movimientos de las extremidades superiores e inferiores. Aparte del tratamiento con antibióticos, las personas con atrofia crónica deben someterse a una terapia de rehabilitación.