Los talones secos agrietados, también llamados fisuras del talón, tienen muchas causas. El signo principal de este problema es la piel dura sobre el área del talón que tiene grietas notables y el color de la piel puede oscurecerse o amarillearse. También puede haber piel escamosa o descamada y el dolor o picazón es común. Las causas incluyen psoriasis, eccema, pie de atleta, neuropatía diabética, aire acondicionado, zapatos abiertos, presión al estar de pie y piel seca.
La piel seca, o xerosis, es la causa más común de talones agrietados. Algunas personas tienen la piel naturalmente seca, y si no está hidratada para que sea suave y flexible, se vuelve dura, resistente y fácil de agrietar. La presión creada por estar de pie solo se suma al problema, especialmente si una persona tiene sobrepeso o pasa mucho tiempo de pie sobre pisos duros.
Los zapatos con la parte trasera abierta pueden provocar problemas en el talón porque se permite que la almohadilla del talón del pie se mueva y se extienda. Además, si el pie está descalzo, el talón está expuesto a ambientes secos como los creados por los sistemas de aire acondicionado. El exceso de calor en una casa también puede provocar piel más seca y talones agrietados.
Varias condiciones médicas también son causas identificadas. La neuropatía diabética, o daño a los nervios, es una complicación de la diabetes que puede causar talones agrietados si los nervios que controlan las glándulas sudoríparas se ven afectados. Los pies no sudan, por lo que la piel se vuelve seca y dura. El hongo conocido como pie de atleta también puede secar el pie y causar fisuras o grietas en el talón. Las afecciones crónicas de la piel, como el eccema y la psoriasis, también pueden causar este problema.
Los talones secos deben tratarse ya que pueden sangrar o infectarse si el agrietamiento es severo. Nunca es una buena idea intentar cortar la piel endurecida del talón sin el consejo de un profesional médico, ya que esto puede causar más lesiones y aumentar la posibilidad de infección. Por lo general, se recomienda usar una piedra pómez en los talones y aplicar loción humectante en la zona varias veces al día. Un calzado adecuado con suelas gruesas y de apoyo y un buen ajuste que mantenga el talón en su lugar puede ayudar a reducir el problema. Un especialista en pies, o podólogo, puede sugerir que se agregue un dispositivo para acoplar el talón a los zapatos del paciente.