También conocida como astrafobia, la brontofobia es una condición en la que el individuo experimenta un miedo extremo a los rayos y los truenos. Este tipo de fobia suele presentarse de forma leve en los niños pequeños, pero normalmente comienza a remitir cuando el niño entra en la adolescencia. Las mascotas domésticas también exhiben a veces este miedo a los truenos y las luces. Sin embargo, hay casos en los que los adultos desarrollan este tipo de fobia, a menudo hasta el punto de que inhibe su capacidad para realizar tareas simples como ir de compras, leer o manejar proyectos laborales durante tormentas severas.
Si bien muchas personas ven la brontofobia como un problema relativamente benigno, rara vez es el caso de cualquiera que padezca la afección. Cuando los relámpagos aparecen en el cielo o el sonido de un trueno distante llega a los oídos del brontofóbico, la ansiedad comienza a aumentar. En casos leves, el individuo suele practicar algún tipo de evitación. Esto puede incluir posponer los viajes durante la tormenta, cerrar las cortinas de las ventanas y trasladarse al centro de la casa en un intento de aislarse lo más posible de la tormenta.
En los casos más avanzados de la afección, los síntomas de la brontofobia pueden incluir el brote de un ataque de pánico en toda regla, incluida la sensación de perder el control de la cordura o una sensación inminente de muerte. También es probable que el brontofóbico experimente una sensación de sentirse extremadamente mareado hasta el punto de estar a punto de desmayarse. A menudo, el corazón comenzará a palpitar rápidamente, lo que se suma a la sensación de que el individuo está a punto de experimentar algún tipo de daño extremo.
Hay una serie de causas de brontofobia que pueden entrar en juego. Uno de los orígenes obvios de la condición sería algún tipo de evento traumático en el pasado que involucró la presencia de truenos o relámpagos. Por ejemplo, vivir un accidente automovilístico grave que ocurrió durante una tormenta con fuertes truenos y relámpagos puede preparar el escenario para revivir esa terrible experiencia cada vez que comienza a formarse una tormenta. Las personas que han sido alcanzadas por un rayo o que han muerto a un ser querido como resultado de una tormenta eléctrica también pueden desarrollar esta aversión severa a las condiciones climáticas que incluyen rayos y truenos. En algunos casos, la fobia también puede desarrollarse como un problema emocional concurrente con otros tipos de fobias, permitiendo efectivamente que múltiples condiciones fóbicas se alimenten entre sí.
El tratamiento de la brontofobia suele estar estructurado para abordar los síntomas específicos de la brontofobia que presenta el paciente. La terapia casi siempre forma parte del proceso de tratamiento. Dependiendo de la naturaleza y la gravedad de los síntomas, el uso de sedantes o ansiolíticos también puede utilizarse como parte de la serie de tratamiento en curso. Al igual que con muchos tipos de fobias, la terapia a menudo buscará descubrir las experiencias o percepciones subyacentes que llevaron al desarrollo de la brontofobia, eliminar el poder que tienen sobre el individuo y ayudar al paciente a desarrollar una percepción más nueva y saludable.