¿Cuáles son los signos de intolerancia a la lactosa en los niños pequeños?

Los signos más comunes de intolerancia a la lactosa en los niños pequeños suelen ser calambres estomacales, gases y diarrea. Estos síntomas a menudo se presentan entre 30 minutos y algunas horas después de que un niño pequeño haya consumido un producto lácteo. Algunos niños pequeños pueden no tener estos síntomas en un grado tan grande como otros porque los niveles de intolerancia a la lactosa varían con cada niño. Es posible que muchos niños pequeños intolerantes a la lactosa puedan consumir pequeñas cantidades de productos lácteos sin ningún problema, mientras que incluso una pequeña cantidad en otros puede provocar síntomas graves.

La intolerancia a la lactosa en los niños pequeños debe ser diagnosticada por un médico antes de que los padres eliminen los productos lácteos. Si se sospecha de intolerancia a la lactosa, puede ser una buena idea que los padres lleven un registro de la frecuencia con la que su hijo consumió productos lácteos y cuánto tiempo después de que aparecieron los síntomas. Esta información puede ayudar al médico a decidir si la tolerancia a la lactosa podría estar causando los problemas. Luego, un médico puede realizar algunas pruebas para confirmar sus sospechas.

Los médicos suelen realizar una serie de pruebas sencillas para diagnosticar la intolerancia a la lactosa en los niños pequeños. La primera prueba realizada generalmente implica que el niño ayune durante unas horas y luego consuma algo que contenga lactosa. Posteriormente, se toman muestras de los niveles de azúcar en sangre para ver con qué facilidad se digiere la lactosa. Después de esta prueba, se puede realizar una prueba de hidrógeno en el aliento y una prueba de acidez en las heces. Los niveles altos de hidrógeno en el aliento normalmente indican lactosa no digerida, al igual que los niveles altos de ácido en las heces.

Tratar la intolerancia a la lactosa en los niños pequeños es generalmente muy simple. Evitar los alimentos que contienen lactosa, que incluyen productos lácteos, es necesario la mayor parte del tiempo para eliminar los síntomas. Los padres deberán examinar de cerca la reacción de su hijo a la lactosa para determinar cuánta lactosa se puede permitir, si es que se permite alguna. Los productos lácteos son una fuente importante de calcio en la dieta de la persona promedio, por lo que es crucial que los padres de niños pequeños intolerantes a la lactosa proporcionen otra fuente de calcio. La mayoría de las verduras y algunos tipos de pescado se consideran sustitutos aceptables.

La mayoría de las veces, los síntomas de la intolerancia a la lactosa en los niños pequeños no aparecen hasta alrededor de los tres años de edad. La intolerancia a la lactosa no siempre es un problema de por vida. Los bebés a los que se les diagnostica intolerancia a la lactosa suelen tolerar los productos lácteos a medida que crecen. Muchos niños pequeños y niños que se ven afectados también pueden eventualmente superarlo y consumir productos lácteos sin problemas más adelante en sus vidas.