Un recuerdo reprimido es aquel que ha sido bloqueado de la mente consciente de una persona. La memoria no se olvida por completo y puede volver muchos años o incluso décadas después de que tuvo lugar un evento. La mayoría de los casos de recuerdos reprimidos involucran eventos especialmente traumáticos, estresantes o espantosos, como el abuso infantil, un accidente automovilístico o una batalla de guerra. Los psicólogos cognitivos y otros investigadores han debatido durante mucho tiempo la existencia y la importancia de los recuerdos reprimidos, ya que los casos suelen ser difíciles de estudiar y diagnosticar clínicamente. El concepto de trastorno de la memoria reprimida a menudo se correlaciona con la amnesia disociativa, una condición que se ha estudiado y comprendido mejor.
Según muchos psicólogos, una persona puede reprimir un recuerdo si un evento fue tan traumático que simplemente no pudo procesar y hacer frente a la situación en ese momento. En algunos casos, las personas informan que no pueden recordar largos períodos de tiempo de su infancia; incluso puede haber años sin recuerdos significativos. Es común que estas personas hayan sufrido abusos o negligencia importantes durante esos años. Por lo general, un individuo lucha por reconciliarse con su pasado cuando finalmente resurge un recuerdo reprimido. Él o ella pueden experimentar nuevos problemas de angustia, confusión y relación.
La amnesia disociativa es un trastorno mental clínicamente diagnosticable que involucra recuerdos reprimidos de eventos estresantes o traumáticos. Es común que las personas con amnesia disociativa también luchen contra episodios de depresión o ansiedad por razones que no les son claras, pero que probablemente se deben a traumas pasados. Los psiquiatras generalmente hacen diagnósticos después de que se han completado evaluaciones físicas y mentales exhaustivas y se han descartado otras causas de pérdida de memoria, como el abuso de drogas o el insomnio. Una persona que tiene amnesia disociativa suele recibir asesoramiento psicológico para ayudarla a superar el estrés y los problemas de conducta, discutir eventos pasados en un entorno seguro y aprender a afrontar mejor situaciones futuras.
Un recuerdo reprimido suele recuperarse espontáneamente en algún momento de la edad adulta. Algunas personas recuerdan información después de visitar un sitio olvidado o de la infancia, reconocer un sonido u olor, o escuchar un nombre vagamente familiar. A veces, los recuerdos se pueden recuperar mediante psicoterapia intensiva o hipnoterapia, en las que psicólogos capacitados ayudan a las personas a recordar eventos a través de preguntas sugerentes. Sin embargo, muchos profesionales cuestionan tanto la eficacia como la ética de hacer preguntas puntuales para recuperar recuerdos. Algunos psicólogos creen que las técnicas de terapia de memoria reprimida pueden producir recuerdos falsos si la persona que hace las preguntas es demasiado dominante o manipuladora.