¿Cuáles son los efectos de la progesterona baja?

La progesterona es una hormona femenina importante que puede reducirse debido a la menopausia o una variedad de trastornos de salud. Los efectos de la progesterona baja pueden variar desde síntomas leves como retención de líquidos, sequedad vaginal o migrañas hasta efectos más graves, incluido un mayor riesgo de presión arterial alta y ciertas formas de cáncer. Las mujeres que tienen niveles bajos pueden sufrir una variedad de anomalías menstruales, insomnio y caída del cabello. Cualquier pregunta o inquietud sobre los efectos de la progesterona baja o las posibles opciones de tratamiento deben discutirse con un médico u otro profesional médico.

Los primeros síntomas de niveles bajos de progesterona a veces pueden pasarse por alto o considerarse insignificantes. Estos síntomas a menudo incluyen hinchazón, retención de líquidos, aumento de peso involuntario y sequedad vaginal. Más adelante pueden aparecer síntomas adicionales, como migrañas, insomnio y niveles inestables de azúcar en sangre. A veces se desarrollan cambios de humor, depresión y ataques de ansiedad a medida que estos niveles hormonales continúan disminuyendo. Estos síntomas deben informarse a un médico para una evaluación médica adicional.

Los niveles bajos de progesterona no tratados pueden comenzar a causar problemas de salud de moderados a graves. Existe un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, presión arterial alta y accidente cerebrovascular cuando el cuerpo tiene deficiencia de esta importante hormona. Ciertas formas de cáncer, especialmente las que afectan al sistema reproductivo, pueden estar relacionadas con niveles bajos. El desarrollo de fibromas en el útero o una variedad de problemas menstruales también son comunes. Los problemas de fertilidad y los frecuentes abortos espontáneos son posibles efectos de este tipo de desequilibrio hormonal.

El médico tratante suele solicitar análisis de sangre cuando se sospecha que hay niveles bajos de progesterona. Una vez diagnosticado con precisión, el médico trabajará con el paciente para desarrollar un plan de tratamiento adecuado. A menudo se usa la terapia de reemplazo hormonal, aunque algunas mujeres pueden estar preocupadas por los posibles riesgos para la salud asociados con el uso a largo plazo de la terapia de reemplazo hormonal. Se cree que este tipo de terapia está asociado con un mayor riesgo de desarrollar ciertas formas de cáncer, especialmente en mujeres que tienen antecedentes familiares de cánceres reproductivos.

Los cambios en la dieta pueden ser útiles para aumentar los niveles de progesterona en sangre. Algunos alimentos que se cree que son los más beneficiosos incluyen frutas, verduras y productos cárnicos bajos en grasa. Se pueden recomendar suplementos dietéticos para algunas mujeres, aunque cualquier método de tratamiento debe ser discutido con un médico. El ejercicio regular también puede ayudar a elevar estos niveles hormonales en mujeres que están lo suficientemente saludables para hacer ejercicio.