El nivel de ruido generalmente se define como la amplitud de varios sonidos que ocurren dentro de un área determinada. Para medir con precisión los niveles de ruido generados en circunstancias específicas, se evalúan varios sonidos y se les asigna lo que se conoce como nivel de decibelios. La categorización del nivel de ruido en varias clases diferentes permite determinar el potencial de daño a los oídos, así como proporcionar información que es útil para seleccionar protección auditiva para aquellos que deben permanecer en el área durante un período de tiempo prolongado.
La tabla de niveles de ruido típica clasifica varios sonidos en función de cinco categorías diferentes. La primera clase generalmente se conoce como niveles de ruido débiles y generalmente tiene un rango de no más de 30 decibeles. Estos se consideran completamente seguros y no representan ninguna amenaza para los oídos. Un ejemplo de nivel débil sería un intercambio susurrado en una biblioteca pública.
Una segunda clasificación de nivel de ruido sonoro se conoce como clase moderada. Al igual que la categoría débil, los ruidos moderados tampoco representan una amenaza para el oído humano y son comunes. Este nivel de ruido suele estar entre 40 y 50 decibeles, suele ser agradable e ideal para ayudar a alguien a relajarse. Una lluvia constante o una habitación más o menos silenciosa son ejemplos de un nivel de sonido moderado.
La tercera clase se conoce como muy ruidosa. Esta clase generalmente involucra un rango entre 60 y 80 decibeles. Sin embargo, los ruidos de este tipo todavía se consideran aceptables y no representan una amenaza real para la capacidad auditiva. El ruido típico de la calle en una ciudad de tamaño medio es un ejemplo de ruido muy fuerte, como lo es el sonido de un despertador o una aspiradora en funcionamiento.
Un nivel de ruido extremadamente alto incluye ruidos que tienen cierto potencial para causar daño al oído y tiene un rango de 90 a 110 decibeles. Por ejemplo, la maquinaria ruidosa en una planta de fabricación puede causar pérdida de audición, a menos que se utilicen tapones para los oídos para amortiguar los sonidos. Herramientas como una motosierra o taladros grandes también pueden emitir ruidos lo suficientemente fuertes como para causar daños, si la exposición es continua.
El tipo de nivel de ruido más grave se conoce generalmente como doloroso. Esta categoría es para ruidos que registran más de 120 decibeles. Los sonidos de esta categoría pueden provocar una pérdida de audición temporal o incluso permanente en uno o ambos oídos. El ejemplo clásico de un evento que crea sonidos a este nivel es un concierto de rock and roll. Junto con la música alta, la proximidad a un motor a reacción que acelera para el despegue, una sirena antiaérea o un martillo neumático en uso en un sitio de construcción también son buenos ejemplos de niveles de ruido capaces de causar una pérdida de la capacidad auditiva.
En muchas situaciones en las que las personas están expuestas a niveles de ruido extremadamente fuertes o dolorosos, el uso de dispositivos de protección se considera absolutamente necesario. Dependiendo del nivel de ruido particular, es posible que se requiera que una persona use tapones para los oídos simples que amortiguen el sonido lo suficiente como para proteger los oídos. En situaciones más graves, puede ser necesaria una protección para los oídos que no solo proteja el canal auditivo sino que también abarque la parte exterior del oído para prevenir cualquier tipo de daño auditivo.