El tejido cicatricial de la rodilla se desarrolla como resultado de una lesión traumática en la rodilla o como una complicación de la cirugía de rodilla. Puede formarse después de procedimientos como la cirugía del ligamento cruzado anterior (LCA) o el reemplazo total de rodilla. Al igual que otros tipos de tejido cicatricial, el tejido cicatricial de la rodilla es un haz de fibras de colágeno que se desarrolla durante la reparación de la herida. La formación de tejido cicatricial suele ser problemática debido a su asociación con la rigidez de la rodilla. Durante el proceso de curación, algunas personas desarrollan una afección conocida como artrofibrosis, en la que se forma un exceso de tejido cicatricial interno, lo que hace que los ligamentos que rodean la cavidad articular se tensen y restrinjan o impidan por completo la flexión de la rodilla.
La formación de exceso de tejido cicatricial en la rodilla depende de la gravedad del trauma y de factores genéticos. En la artrofibrosis, los espacios abiertos dentro de la articulación se llenan de tejido fibroso rígido y el paciente experimenta una falta de movimiento o una articulación «congelada». La falta de movilidad en la rodilla exacerba aún más el problema y da como resultado la formación de tejido cicatricial más rígido de lo que estaría presente de otro modo, restringiendo aún más el movimiento.
En los casos en que se observe una rigidez articular excesiva debido al tejido cicatricial de la rodilla, es posible que se requiera una intervención quirúrgica adicional para devolver la rodilla a un rango de movimiento aceptable. Seis semanas después de un reemplazo total de rodilla, se espera que el paciente pueda doblar la rodilla al menos más de 90 grados. Si este no es el caso, y si la fisioterapia no ha producido los resultados deseados, el paciente puede ser devuelto al hospital para someterse a un proceso en el que la rodilla se dobla a la fuerza para romper el tejido cicatricial y restaurar el movimiento. Este procedimiento generalmente se realiza bajo anestesia general y se conoce como manipulación bajo anestesia (MUA). Después de que el tejido cicatricial se ha roto a través de MUA, el paciente debe someterse a más fisioterapia.
Si bien esta intervención a veces es necesaria, los cirujanos ortopédicos y los profesionales de la medicina deportiva generalmente recomiendan seguir un curso de tratamiento conservador cuando sea posible. El uso de una máquina de movimiento pasivo continuo (CPM) se prescribe después de una cirugía de rodilla para prevenir la formación de rigidez y tejido cicatricial en la rodilla. El CPM funciona doblando suavemente la rodilla en una serie de repeticiones, extendiendo el rango de movimiento de la rodilla sin la necesidad de un esfuerzo físico que podría dañar la rodilla. La fisioterapia y el masaje de tejido profundo también son métodos terapéuticos populares que se utilizan para mejorar la flexibilidad y descomponer el tejido cicatricial de la rodilla.