¿Cuál es la conexión entre la caseína y el cáncer?

En las comunidades científicas y nutricionales, hay razones para sugerir que la caseína, una proteína de la leche, está relacionada con el desarrollo del cáncer en algunos animales y seres humanos. Algunos estudios han demostrado que la caseína y el cáncer están relacionados en ratas, pero no está claro si estos hallazgos son ciertos en la población humana. La investigación nutricional que estudia la correlación entre la caseína y el cáncer ha generalizado los hallazgos para sugerir que todas las proteínas animales ayudan a que el cáncer prospere. Estas generalizaciones han dado lugar a muchas objeciones y críticas, ya que se deben estudiar a fondo más investigaciones sobre todos los tipos de proteínas antes de afirmar que una hipótesis es cierta.

La caseína es la proteína que se encuentra en la leche y otros productos lácteos y, en ocasiones, es alergénica para quienes padecen intolerancias alimentarias como el gluten o la lactosa. Tanto la caseína como el cáncer se han relacionado en algunos estudios de nutrición en ratas, como el Estudio de China del Dr. T. Colin Campbell, lo que sugiere un posible vínculo también en humanos. En estos estudios, los investigadores alimentaron a un grupo de ratas con caseína aislada y trataron de determinar su efecto sobre las células cancerosas. Muchos investigadores afirman que el aumento de la proteína caseína en la dieta de las ratas hizo que las células cancerosas se activaran y crecieran.

Las ratas alimentadas con caseína en polvo aislada difieren de las otras ratas alimentadas con trigo o soja, ya que estas ratas no mostraron alteraciones en el estado del sistema inmunológico ni en el crecimiento del cáncer. Resultados como estos llevaron a muchos de los investigadores a determinar que la introducción de una dieta basada en plantas en las dietas de animales y humanos puede disminuir la probabilidad de cáncer. Se desconoce si la caseína y el cáncer están relacionados en la mayoría de la población; sin embargo, se acepta que existe una leve relación entre la proteína láctea y el cáncer. Los estudios de investigación sobre esta correlación todavía contienen algunas fallas, que presentan una serie de objeciones y críticas científicas.

Muchos críticos de los estudios sobre la relación entre el cáncer y la caseína señalan que las ratas a menudo se alimentan con una dieta que consiste en caseína aislada en polvo en estudios de caseína, lo que no ocurre naturalmente en las dietas humanas o animales. De hecho, muchas objeciones se derivan del hecho de que la caseína se consume como parte de un alimento integral, junto con los ácidos grasos naturales y los carbohidratos. Además, la generalización que se deriva de estos estudios de que todos los seres humanos deben evitar la proteína animal debe ser examinada a fondo, ya que esta afirmación es solo una hipótesis. La pasteurización, el calentamiento y la fermentación también pueden cambiar la estructura de la caseína, lo que lleva a muchos críticos a creer que otras variables deberían analizarse en investigaciones futuras.