El síndrome de Sjogren es un trastorno autoinmune que afecta a aproximadamente 1 de cada 500 personas, en su mayoría mujeres de mediana edad, que representan aproximadamente el 90% de los afectados. Los síntomas más comunes son ojos y boca excesivamente secos debido a una menor producción de lágrimas y saliva, aunque otros síntomas se presentan en diversos grados. Estos pueden incluir artritis, dolor en los músculos y nervios, función tiroidea baja o una glándula tiroides inflamada y aumento del dolor o hinchazón en los ganglios linfáticos. Los afectados también pueden sufrir fatiga y falta de sueño.
Aunque el síndrome de Sjogren puede presentarse solo (primario), también puede ser secundario, vinculado a otros trastornos autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide. Aunque quizás sea causado por varios genes, no tiende a transmitirse fácilmente de una generación a la siguiente. Otros investigadores han sugerido que no se hereda, pero que puede contraerse después de la exposición a ciertos virus. Se necesita más investigación para confirmar la causa.
En los trastornos autoinmunitarios, el cuerpo no reconoce las funciones corporales normales y las producciones químicas. En Sjogren’s, los glóbulos blancos del cuerpo atacan y combaten los procesos naturales de producción de lágrimas y saliva. Los ojos secos pueden provocar enrojecimiento, ardor y picazón. La boca seca puede aumentar las caries dentales, producir mucho dolor de garganta y, en casos más graves, puede causar dificultad para hablar o tragar. El sentido del gusto también puede verse reducido.
A menudo se hace un diagnóstico cuando se detecta un Sjogren secundario. Los pacientes con trastornos autoinmunitarios conocidos que se presentan con ojos secos y boca seca a menudo no necesitan muchas pruebas adicionales. Los profesionales médicos también evalúan a los pacientes que usan ciertos medicamentos como los antidepresivos tricíclicos, ya que estos pueden causar efectos similares.
Para el síndrome de Sjogren primario, un oftalmólogo puede examinar los ojos y medir la producción de lágrimas. En algunos casos, se realiza una biopsia del labio interno, que puede mostrar daño a las glándulas salivales. La mayoría de los pacientes con casos sospechosos también se someten a análisis de sangre para buscar ciertas sustancias químicas en la sangre que causan trastornos autoinmunes.
Como ocurre con la mayoría de los trastornos autoinmunes, esta afección no tiene cura, pero existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar los efectos. Para los ojos secos, el método de tratamiento más común son las gotas oftálmicas de lágrimas artificiales. Se debe tener especial cuidado al usarlos en ambientes de aire seco, como en aviones o en oficinas que usan aire acondicionado. Cuando las lágrimas artificiales no abordan suficientemente el problema, ocasionalmente se intenta realizar una cirugía para retardar la destrucción de las glándulas productoras de lágrimas.
Una buena higiene bucal es fundamental. Las limpiezas dentales regulares son imprescindibles y las pastas dentales deben contener niveles bajos de peróxido. Reducir la ingesta de líquidos que agotan la humedad del cuerpo, como los refrescos con cafeína o el café, también puede ayudar. Además, es posible que sea necesario evaluar el uso de medicamentos que causan sequedad en la boca para determinar los riesgos y los beneficios.
Cuando se presentan otros síntomas dolorosos, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios como ibuprofeno o naproxeno sódico para aliviar el dolor. Si la enfermedad está afectando seriamente a los órganos del cuerpo, los profesionales de la salud pueden recetar esteroides para disminuir tanto el dolor como las posibles infecciones. Los pacientes con síndrome de Sjogren también son observados en busca de cáncer linfático, ya que tiende a ocurrir en aproximadamente el 5% de los afectados.
Además de los medicamentos para tratar los síntomas, generalmente se recomienda a los pacientes que sigan un programa de ejercicio suave, que puede ayudar a reducir la fatiga y también combatir parte del dolor asociado con la hinchazón en los músculos y las articulaciones. Sin complicaciones adicionales como el cáncer linfático, Sjogren’s no afecta la esperanza de vida. Con un manejo adecuado, muchas personas con este trastorno no sufren una reducción de la calidad de vida.