La resistencia periférica total (TPR) es la cantidad de resistencia al flujo sanguíneo presente en el sistema vascular del cuerpo. Se puede considerar como la cantidad de fuerza que actúa contra el corazón cuando expulsa sangre al sistema vascular. Aunque la resistencia periférica total juega un papel integral en la determinación de la presión arterial, es una medida exclusivamente definida del sistema cardiovascular y no debe confundirse con la presión contra las paredes arteriales, que es una medida de la presión arterial.
El sistema vascular, que es responsable del flujo de sangre hacia y desde el corazón, se puede dividir en dos componentes: sistémico y pulmonar. El sistema pulmonar lleva sangre hacia y desde los pulmones, donde se oxigena, y la vasculatura sistémica es responsable de transportar esta sangre a las células del cuerpo a través de las arterias y devolver la sangre al corazón después de la perfusión. La TPR afecta el flujo de este sistema y, a su vez, puede afectar en gran medida la perfusión a los órganos.
La resistencia periférica total se calcula utilizando una ecuación específica. Esta ecuación es TPR = cambio en la presión / gasto cardíaco. El cambio de presión es la diferencia entre la presión arterial media y la presión venosa. La presión arterial media es igual a la presión arterial diastólica más un tercio de la diferencia entre las presiones sistólica y diastólica. La presión arterial venosa se puede medir mediante una técnica instrumental invasiva que mide físicamente la presión dentro de una vena. El gasto cardíaco es la cantidad de sangre bombeada a través del corazón en un incremento de un minuto.
Hay una serie de factores que pueden cambiar significativamente los componentes de la ecuación TPR, cambiando así la resistencia periférica total. Estos factores incluyen el diámetro de los vasos vasculares y la dinámica de las propiedades sanguíneas. El diámetro de un vaso sanguíneo es inversamente proporcional a la presión arterial, por lo que un vaso más pequeño aumentaría la resistencia y, por lo tanto, aumentaría la TPR. Por el contrario, un vaso sanguíneo más grande equivale a un volumen menos concentrado de partículas de sangre que empujan contra las paredes del vaso, lo que se traduce en una presión más baja.
La dinámica de fluidos de la sangre también puede contribuir en gran medida a un aumento o disminución de la TPR. El mecanismo detrás de esto es un cambio en los factores de coagulación y los componentes sanguíneos que pueden cambiar la viscosidad de la sangre. Como era de prever, un fluido más viscoso provoca más resistencia al flujo. Un fluido menos viscoso se movería más fácilmente por la tubería del cuerpo, provocando menos resistencia. Análoga a esto sería la fuerza necesaria para mover el agua frente a la melaza.