La inflamación espinal es un término que se refiere a diversas afecciones neurológicas que hacen que una persona sufra de dolor de espalda. Los trastornos inflamatorios espinales impiden que el cerebro se comunique con el cuerpo por debajo del punto de inflamación. Estas afecciones, que pueden afectar a personas de cualquier edad, pueden ocurrir debido a una infección viral o estar relacionadas con una enfermedad autoinmune. El tratamiento para esta inflamación generalmente implica reposo y medicación.
Una de las enfermedades inflamatorias espinales más extendidas es la espondilitis anquilosante, que es un tipo de artritis que afecta la columna. La espondilitis anquilosante conlleva una inflamación en los ligamentos y tendones que conectan con el hueso. Este tipo de inflamación da como resultado el desgaste del tejido y el crecimiento de hueso nuevo. Este proceso de crecimiento de hueso nuevo dificulta el movimiento y puede causar fusión entre los huesos.
Otro tipo de inflamación espinal es la mielitis transversa aguda, que evita que los impulsos nerviosos se envíen a la médula espinal. La mielitis transversa aguda también afecta áreas alrededor de la médula espinal, particularmente la región torácica. Esta enfermedad inflamatoria espinal es causada por el sistema inmunológico que piensa que los tejidos del cuerpo son sustancias extrañas, lo que hace que el cuerpo ataque sus propios tejidos. Esta afección puede ocurrir durante la esclerosis múltiple y las infecciones bacterianas, incluidas la sífilis y la tuberculosis.
Los trastornos inflamatorios espinales también pueden ser el resultado de otras afecciones, como aracnoiditis, discitis y osteoporosis. La aracnoiditis es una infección de las membranas que bordean la columna vertebral. La discitis es una infección en el área entre las vértebras y la osteoporosis es la disminución gradual de la densidad ósea.
El diagnóstico de inflamación espinal incluye un examen físico. Los análisis de sangre también pueden ayudar a identificar enfermedades inflamatorias. Las imágenes por resonancia magnética y los rayos X pueden proporcionar evidencia visual de crecimientos óseos y cambios en la columna. En algunos casos, como la espondilitis anquilosante, las pruebas genéticas pueden confirmar la inflamación de la columna.
Además del dolor de espalda, que suele ser más intenso por la noche, los síntomas del trastorno inflamatorio espinal pueden incluir escalofríos, fiebre y agotamiento. Además, una persona con un trastorno inflamatorio espinal puede experimentar la necesidad de orinar con más frecuencia o incluso puede perder el control de la vejiga por completo. Otros síntomas pueden incluir debilidad en las extremidades y espasmos que pueden resultar en parálisis.
El tratamiento de la inflamación de la columna depende del origen. En casos de infecciones, pueden ser necesarios antibióticos y relajación. En casos de trastornos autoinmunes, los medicamentos antiinflamatorios y los relajantes musculares pueden ayudar con el dolor. Otros métodos de tratamiento incluyen la transfusión de plasma y la fisioterapia. En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para extraer los crecimientos óseos y aliviar la presión. En casos severos, la ventilación mecánica puede ayudar con la respiración.