¿Cuáles son las causas comunes del pus en un dedo del pie?

El pus en un dedo del pie es causado por una infección. Aunque las infecciones virales pueden causar síntomas de dolor, enrojecimiento e inflamación, no provocan la formación de pus. Una infección u organismo bacteriano es responsable del pus y puede ser causado por una uña encarnada infectada o una lesión en el dedo del pie. El pus suele ir acompañado de una sensibilidad extrema, calor sobre la zona afectada e hinchazón. Cuando se presentan estos síntomas, es necesario consultar al médico para evaluar y tratar la infección.

Generalmente, cuando se presenta pus en un dedo del pie, el médico recomendará una pomada antibiótica o un antibiótico oral. En ciertos casos, se pueden recomendar ambos tipos de antibióticos. Además de la terapia con antibióticos, el médico puede optar por realizar una punción en el área para extraer el pus y limpiar la herida. No se recomienda punzar un dedo del pie infectado para eliminar el pus fuera de un entorno de atención médica, ya que hacerlo puede aumentar el riesgo de daño tisular y exacerbar la infección existente. Una vez que el médico ha limpiado la herida, generalmente se aplica un ungüento antibiótico, seguido de un vendaje o apósito estéril.

Si aparecen rayas rojas cerca de la infección, podría indicar la presencia de envenenamiento de la sangre. Esta es una emergencia médica que debe evaluarse rápidamente para evitar una afección conocida como septicemia. Esta es una afección potencialmente mortal y podría causar una presión arterial baja peligrosa, daños importantes en los órganos y un paro cardíaco.

Una infección no tratada caracterizada por pus en un dedo del pie puede causar síntomas de fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y dolor muscular. Estos pueden indicar que la infección pasó de una infección local a una de naturaleza sistémica. En casos raros, puede ser necesaria la hospitalización para recibir antibióticos por vía intravenosa.

La movilidad también puede verse afectada cuando hay pus en un dedo del pie. Los zapatos pueden agravar la afección y dificultar el caminar. Tomar un analgésico de venta libre puede ayudar con el dolor y la hinchazón, y también puede aliviar ciertos síntomas de una infección sistémica, como fiebre, dolor muscular y dolor de cabeza. Remojar el pie en agua tibia varias veces al día también puede aliviar el dolor y la hinchazón y promover la curación. A veces, el proveedor de atención médica puede recomendar que se use una bota o un zapato especial durante el período de recuperación para evitar la irritación por fricción causada por el uso de zapatos.