Un electrocardiograma (ECG) es un examen médico que se realiza para registrar la actividad eléctrica del corazón. Es un procedimiento no invasivo que se puede realizar rápidamente. Un ECG anormal puede ser causado por una variedad de factores, incluida una arritmia o un latido cardíaco más rápido o más lento de lo normal. Otras causas pueden incluir un defecto en el músculo cardíaco, insuficiencia cardíaca y enfermedad de las arterias coronarias.
Dentro del corazón, una señal eléctrica viaja desde la cámara superior a la inferior, lo que hace que el corazón se contraiga o lata. Varias condiciones pueden cambiar la señal eléctrica en el corazón. Un electrocardiograma es uno de los primeros pasos para determinar problemas con el corazón. Los resultados del ECG están disponibles inmediatamente después del procedimiento, lo que puede ayudar al médico a hacer un diagnóstico rápido y comenzar el tratamiento.
Las razones adicionales para un ECG anormal incluyen un ataque cardíaco actual, inminente o pasado. Las miocarditis, que es una inflamación del corazón, también pueden causar anomalías en el ECG. El agrandamiento de la enfermedad cardíaca y de las válvulas cardíacas también puede dar lugar a resultados anormales.
Los desequilibrios químicos en la sangre también pueden hacer que un ECG sea anormal. Los productos químicos en la sangre, como el potasio y el sodio, se conocen como electrolitos. Los electrolitos son necesarios para el correcto funcionamiento del corazón. Si los niveles de ciertos electrolitos cambian y se vuelven anormalmente altos o anormalmente bajos, la actividad eléctrica del corazón puede verse afectada. Estos cambios en la actividad eléctrica pueden provocar un ECG anormal.
Un electrocardiograma anormal también puede ser causado por algún tipo de defecto congénito en el corazón. Este tipo de problema cardíaco está presente desde el nacimiento. Varios defectos cardíacos pueden provocar un ECG anormal, como válvulas estrechas, orificios en el corazón e hipertrofia del ventrículo derecho. En algunos casos, los síntomas pueden no estar presentes y una persona no se da cuenta de la situación hasta que tiene un electrocardiograma anormal.
Es importante comprender que, aunque un ECG puede detectar un ritmo cardíaco anormal, es posible que no identifique la causa. Por ejemplo, un ECG puede mostrar taquicardia, que es una frecuencia cardíaca rápida, pero hay muchas causas de este ritmo anormal. Después de un ECG anormal, es posible que se necesiten pruebas adicionales para determinar la causa de la anormalidad. Es posible que se necesiten otras pruebas, como un ecocardiograma, una prueba de esfuerzo, un análisis de sangre o un cateterismo cardíaco, para determinar la causa de un electrocardiograma anormal.