Los satélites son una construcción hecha por el hombre que se lanzan a patrones en órbita en el espacio. Desde la década de 1960, se han lanzado más de 26,000 satélites, tanto con fines militares como civiles. Hay muchos tipos diferentes de satélites en el cielo y tienen una variedad de usos, desde transmisiones hasta recopilación de datos.
Cuando se lanzó Sputnik I, el primer satélite, en 1957, llevaba un pequeño transmisor de radio a bordo. Esto lo convirtió en el primer satélite de comunicaciones, una variedad común. Estos tipos de satélite se utilizaron originalmente para transmisiones telefónicas de larga distancia, pero luego se adaptaron para transportar señales de televisión por satélite y para muchos propósitos militares. Los tipos de satélites utilizados para las comunicaciones a menudo utilizan una órbita geoestacionaria, lo que significa que giran alrededor del ecuador una vez al día, de hecho, giran con la Tierra.
Los satélites astronómicos u observatorios espaciales se utilizan para recopilar datos del espacio exterior. Uno de los más famosos es el telescopio Hubble, lanzado por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los Estados Unidos junto con la Agencia Espacial Europea (ESA). El telescopio espacial Hubble es responsable de algunas de nuestras mejores imágenes de objetos del espacio profundo, incluidas nebulosas y planetas lejanos.
Si busca en el periódico o enciende el televisor para encontrar un informe meteorológico, está obteniendo información obtenida de los satélites meteorológicos. Estos objetos, uno de los tipos más comunes de satélites, pueden monitorear el clima de la Tierra y los sistemas meteorológicos desde arriba y transmitir transmisiones a los controladores. Los satélites meteorológicos también pueden proporcionar datos sobre las condiciones ambientales, como el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida. La mayoría de los tipos de satélites utilizados para monitorear el clima siguen una trayectoria orbital geoestacionaria o una órbita polar norte-sur.
Uno de los tipos de satélites con más historia es el astuto satélite espía o de reconocimiento. Empleados por operaciones militares, estos se utilizan como herramientas para la recopilación de inteligencia y, con frecuencia, se incluyen en las teorías de la ficción y la conspiración. En realidad, los satélites espías son una de las herramientas más útiles que puede tener un ejército para la acción preventiva, ya que pueden proporcionar información sobre cambios repentinos en el posicionamiento militar de naciones hostiles o amenazantes, incluso en lugares remotos. Estos tipos de satélites también se utilizan para monitorear la producción de materiales nucleares en todo el mundo, para dar a las naciones interesadas alertas tempranas si un país está produciendo armas nucleares.
Los satélites pueden ser una herramienta útil, pero peligrosa. Los críticos sugieren que los satélites espías y aquellos con capacidad de observación de la Tierra pueden resultar en una violación de la privacidad. Además, muchos temen que las armas espaciales evolucionen a partir de la tecnología satelital, convirtiendo el cielo en un campo de batalla literal. Al menos en la actualidad, los satélites siguen siendo una herramienta para la recopilación de conocimientos e información y son una parte increíblemente útil de la vida moderna y la tecnología de la información. Con solo medio siglo transcurrido desde el lanzamiento de Sputnik y tal variedad de aplicaciones, solo puede adivinar las nuevas formas en que los satélites se usarán en el futuro.