El ácido fórmico es un tipo de ácido carboxílico. Su nombre sistemático en la nomenclatura química de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada es ácido metanoico, pero el nombre histórico sigue siendo de uso común. La fórmula química del ácido fórmico es HCOOH o HCO2H. En su forma natural, es un líquido incoloro con un olor fuerte.
Este ácido se encuentra naturalmente en el veneno de los insectos que pican, especialmente las hormigas. Algunas especies de hormigas tienen ovipositores que se han convertido en aguijones que liberan un veneno irritante y doloroso. Otros son capaces de arrojar chorros de líquido a los agresores a partir de sacos de veneno que evolucionaron para producir ácido fórmico. El aerosol puede causar quemaduras dolorosas o debilitantes a los depredadores y puede dejar a los humanos con ronchas irritantes. La palabra latina para hormiga, «formica», da su nombre tanto a la familia de las hormigas, Formicidae, como al ácido fórmico.
Los naturalistas del Renacimiento eran conscientes de que los hormigueros desprendían vapor ácido, pero no fue hasta el siglo XVII que las investigaciones revelaron la causa de este fenómeno. En 17, un naturalista inglés, John Ray, recogió una gran cantidad de hormigas muertas y destiló sus cuerpos para producir un líquido mientras buscaba el origen de este vapor ácido. El líquido resultó ser un ácido, y Ray le puso el nombre de las hormigas que lo habían producido. Un químico francés, Joseph Gay-Lussac, fue el primero en sintetizar el ácido fórmico. La forma moderna de síntesis, basada en monóxido de carbono, fue inventada por otro químico francés, Marcellin Berthelot, en 1671.
En el momento de su invención, existían aplicaciones industriales limitadas para el ácido fórmico. A partir de mediados del siglo XX, comenzó a usarse en más y más aplicaciones, desempeñando un papel importante en la agricultura y la industria modernas, incluida la producción de textiles y cuero. En Europa, los agricultores lo aplican a la alimentación del ganado para preservar su valor nutricional y matar algunos tipos de bacterias. Los apicultores utilizan productos que contienen el compuesto para matar los ácaros que pueden infestar las colmenas. Algunos productos de limpieza también utilizan ácido fórmico, especialmente los productos de limpieza que se utilizan en superficies duras, como el removedor de cal y el limpiador de inodoros.
El ácido fórmico puede ser peligroso en un entorno industrial o de laboratorio. Es corrosivo y combustible, aunque la mayoría de las concentraciones disponibles comercialmente presentan poco riesgo de combustión. También es un irritante para los ojos y la piel, lo que requiere que los trabajadores de laboratorio usen protección para los ojos y reduzcan la exposición de la piel. La inhalación de vapores puede dañar el sistema respiratorio y los nervios ópticos.