¿Qué es la combustión de hidrógeno?

La combustión de hidrógeno es el proceso por el cual el hidrógeno reacciona con un agente oxidante y se quema. La combustión de hidrógeno es una combustión exotérmica, lo que significa que libera energía térmica. Los procesos endotérmicos, por otro lado, absorben energía. El hidrógeno se quema según la fórmula química 2H2 + O2 → 2H2O, lo que significa que reacciona con el oxígeno. Si bien no se muestra en la ecuación química, es necesaria una entrada de energía para comenzar la reacción, que libera una cantidad significativa de energía cuando se lleva a cabo hasta su finalización.

Las reacciones de combustión se denominan más a menudo simplemente quemaduras. Hay dos partes que son esenciales para las reacciones de combustión, incluida la combustión de hidrógeno: un combustible y un agente oxidante. Con la entrada de calor, el hidrógeno reacciona con el oxígeno para liberar calor y energía luminosa. Los productos finales de la reacción incluyen vapor de agua y calor. La entrada de calor es necesaria para vencer las fuerzas de atracción entre átomos y moléculas; la energía liberada proviene de la energía que se almacenó en enlaces químicos que se rompen durante la reacción.

La combustión de hidrógeno ha mostrado cierto potencial para impulsar automóviles y generar energía para satisfacer otras necesidades humanas. Sin embargo, debido a la entrada de energía necesaria y la producción de energía comparativamente baja, es difícil utilizarla de manera eficiente. Los combustibles fósiles se utilizan más comúnmente como combustible y energía, pero el suministro de dichos combustibles es muy limitado y su combustión libera gases nocivos a la atmósfera. El hidrógeno, por otro lado, es un recurso enormemente abundante que solo produce vapor de agua cuando se quema. Como tal, las investigaciones sobre energía están logrando un progreso significativo en el desarrollo de pilas de combustible a base de hidrógeno; algunos ya se han utilizado en automóviles con diversos grados de eficacia.

Si bien todavía es un área de estudio relativamente nueva, hay varios tipos diferentes de vehículos que se han fabricado para utilizar la combustión de hidrógeno debido a su limpieza y su naturaleza renovable. En realidad, se utilizan grandes cantidades de hidrógeno para lanzar transbordadores espaciales al espacio. También se han fabricado vehículos más pequeños, como barcos y motocicletas, para utilizar la combustión de hidrógeno.

Un ejemplo famoso de combustión de hidrógeno es la explosión de Hindenburg. El Hindenburg era un dirigible que se mantenía en alto gracias a cantidades masivas de hidrógeno. Algo a bordo de la aeronave provocó una explosión que encendió el hidrógeno, provocando que la enorme aeronave explotara violentamente, matando a 35 personas. Se han propuesto muchas teorías diferentes para explicar la explosión repentina, pero la verdadera causa nunca se determinó de manera concluyente.