Como un medidor que se puede utilizar para comprobar la dureza de un material determinado, el durómetro se puede utilizar en varias aplicaciones diferentes. Funciona analizando una sustancia determinada y luego asignándole un número para indicar el nivel de arnés y durabilidad. Un número más bajo indicaría una naturaleza más suave de la sustancia, mientras que un número más alto indicaría que el producto es más duro y menos susceptible a doblarse o agrietarse.
Junto con el número, también suele haber una clasificación de dureza, en la que los materiales más blandos se indican con una «A» y los más duros con una «D». Como resultado, una sustancia que tuviera una clasificación general de A30 se consideraría no muy dura, en comparación con una sustancia con una lectura de D70. Las lecturas generalmente se basan en verificar varios puntos a lo largo de la superficie del material y luego hacer una calificación acumulativa basada en los datos.
Si bien un durómetro se puede usar técnicamente para probar la dureza de casi cualquier sustancia, los usos principales del dispositivo están asociados con la medición de la dureza de productos de caucho o plástico. Generalmente, los fabricantes tendrán un rango que consideren ideal para el tipo de bienes que producen.
Por ejemplo, el productor de varios tipos de alfombrillas de plástico tal vez desearía que todos sus productos tuvieran una clasificación de dureza de algún lugar en el rango medio. Este método indicaría durabilidad pero con cierto grado de flexibilidad como parte del producto final. Ser capaz de probar periódicamente el proceso de producción ayudará a mantener la dureza de los productos terminados dentro de un rango aceptable en la escala de Mohs, lo que dará como resultado productos de calidad equitativa entre sí.
Junto con las alfombrillas de plástico, los productos como las ruedas de goma de los patines deben ser relativamente duros, de modo que resistan mucho desgaste. Por otro lado, una alfombra de bienvenida hecha de goma o plástico debería ser más suave. El uso de un durómetro durante el proceso de fabricación para garantizar que la mezcla de materiales dé como resultado el nivel de dureza requerido puede ahorrarle a la empresa una gran cantidad de tiempo y recursos. Las verificaciones periódicas identificarán rápidamente cualquier desviación de los estándares empleados por la empresa.