Un derrame de sustancias químicas es una situación en la que una sustancia química se libera accidentalmente. En el caso de productos químicos no tóxicos, tratar un derrame suele ser muy sencillo, ya que el derrame simplemente debe limpiarse. Sin embargo, los derrames de sustancias químicas tóxicas representan un problema más grave, especialmente en el caso de derrames de múltiples sustancias químicas que podrían reaccionar entre sí. Muchas naciones tienen leyes específicas sobre derrames de productos químicos a gran escala, como la liberación de productos químicos de un camión cisterna de productos químicos dañado.
Hay varias cosas que pueden provocar un derrame de sustancias químicas. En un laboratorio, un vaso de precipitados que se cae, un equipo que funciona mal o un paquete de productos químicos mal manipulado pueden causar un derrame. A mayor escala, los productos químicos se pueden derramar en accidentes de trenes y automóviles que involucren a los quimiqueros, o pueden ser liberados por barcos o aeronaves. Las plantas químicas también pueden causar derrames con procedimientos de seguridad imperfectos, accidentes o vertidos deliberados de productos químicos. La mayoría de los gobiernos tratan los derrames a gran escala como responsabilidad de la persona que los causó, en lugar del fabricante del químico.
Cuando ocurre un derrame químico, el primer paso en la respuesta es determinar qué químico estaba involucrado, de modo que los socorristas sepan qué tan peligroso es el químico y qué tipo de precauciones deben tomarse al respecto. El siguiente paso es un intento de neutralizar el derrame para que sea seguro trabajar con él y aislar a las personas que estuvieron expuestas al derrame para que puedan ser descontaminadas y evaluadas por problemas médicos. Una vez que se hayan abordado los problemas inmediatos, los socorristas pueden discutir las repercusiones a largo plazo del derrame y las formas de abordarlas. Por ejemplo, un derrame podría contaminar una vía fluvial, requiriendo el suministro de agua hasta que la vía fluvial se haya limpiado. Una vez que se ha controlado el derrame, se puede celebrar una reunión para discutir qué causó el derrame y cómo se puede prevenir en el futuro.
En los laboratorios científicos, generalmente existe un protocolo estricto para hacer frente a un derrame de productos químicos, que incluye bloquear el área para que el producto químico no se propague. Muchos laboratorios tienen estaciones de ducha y lavado de ojos para que las personas expuestas a sustancias químicas puedan eliminarlas rápidamente de sus cuerpos, y los neutralizadores se pueden tener a mano para controlar la propagación de derrames de sustancias químicas. En un laboratorio grande, se puede llamar a un equipo especial para que se ocupe de los derrames químicos, mientras que en los laboratorios más pequeños, un supervisor o un oficial de seguridad dirige la limpieza.
Los derrames de productos químicos a gran escala requieren una respuesta mucho mayor, debido a las preocupaciones sobre la posibilidad de que los productos químicos se liberen al medio ambiente en general. Un derrame o accidente químico podría potencialmente matar o lesionar gravemente a cientos o miles de personas y animales, mientras daña tierras de cultivo, edificios y otros espacios. Las respuestas a los grandes derrames incluyen planes de evacuación y el uso de equipos de limpieza especializados, que a menudo están formados por empleados gubernamentales que están capacitados para hacer frente a derrames. El esfuerzo de limpieza también puede resultar extremadamente costoso, que es cuando la investigación de la causa del derrame químico se vuelve crítica, ya que los gobiernos no quieren quedarse con la factura.