¿Qué son los túneles de viento?

Los túneles de viento son herramientas de investigación desarrolladas para ayudar a estudiar los efectos del aire que se mueve sobre o alrededor de objetos sólidos. El aire se sopla o se aspira a través de un conducto especializado. En el conducto se incluye una mirilla e instrumentación, en la que se pueden montar formas geométricas o modelos para su estudio. El flujo de aire y la geometría observados dentro de los túneles de viento generalmente se comparan con los resultados teóricos para probar su precisión. Este estudio requiere tener en cuenta el número de Reynolds, que es la relación entre las fuerzas inerciales y las fuerzas viscosas, y el número de Mach, que es la relación entre la velocidad de un objeto o flujo en relación con la velocidad del sonido en el medio a través del cual viajes.

A veces, se unen hilos a la superficie del objeto en túneles de viento para aprender más sobre la dirección del flujo y la velocidad del flujo de aire en una situación de flujo de aire específica. En esta situación, el tinte se inyecta en la corriente de aire creada en los túneles de viento, y las partículas resultantes se fotografían para que puedan estudiarse en distintos períodos de tiempo. Las sondas también se pueden insertar en ciertos puntos dentro del flujo de aire en los túneles de viento para medir la presión del aire.

Frances Wenham, miembro del consejo de la Sociedad Aeronáutica de Gran Bretaña, inventó, diseñó y operó el primer túnel de viento cerrado en 1871. La invención de los túneles de viento condujo a estudios más intensos de la tecnología y cómo podría aplicarse a la investigación y desarrollo futuro.

Según los informes, los hermanos Wright utilizaron un simple túnel de viento en 1901 para estudiar el flujo de aire mientras desarrollaban su avión. Desde entonces, los túneles de viento se han utilizado de diversas formas. Los túneles de viento verticales se utilizan en instalaciones recreativas para simulaciones de paracaidismo en interiores. Otros túneles de viento satisfacen las necesidades de las industrias de vehículos y del mundo deportivo, además de abordar problemas de seguridad de vuelo. Los equipos de carreras de NASCAR, por ejemplo, usan túneles de viento para probar la aerodinámica de las configuraciones de diseño de sus autos, que pueden ser diferentes para cada pista en la que compiten.