La neurociencia cognitiva es un estudio interdisciplinario de la cognición humana. Los investigadores dentro de la disciplina observan los mecanismos psicológicos, computacionales y biológicos que tienen un impacto en el pensamiento humano o la cognición. Numerosas ramas de la ciencia, incluidas la psicología cognitiva, la neurociencia, la psicobiología, la psicofísica y la neurobiología, se integran en el estudio de la neurociencia cognitiva, cuyo objetivo es comprender cómo piensan y se comportan los humanos, y por qué.
Además de incorporar investigaciones de numerosas disciplinas, la neurociencia cognitiva también utiliza una gran cantidad de tecnología para estudiar la cognición humana. Los sistemas avanzados de imágenes cerebrales se utilizan para obtener un conocimiento más profundo de la división del trabajo dentro del cerebro, por ejemplo. El estudio de la genética también juega un papel importante, ya que los científicos intentan comprender los posibles vínculos genéticos con el comportamiento y a través de los procesos. Además, los científicos llevan a cabo estudios controlados dentro y fuera del laboratorio para aprender más sobre cómo piensa la gente.
Varias universidades importantes albergan importantes departamentos de neurociencia cognitiva, que cuentan con profesores de otros departamentos. Los estudiantes pueden participar en investigaciones de vanguardia utilizando excelentes instalaciones, y la pequeña comunidad fomenta la publicación y el intercambio de información. Los estudiantes provienen de una amplia variedad de orígenes, incorporando numerosos intereses en la disciplina.
Las raíces de la neurociencia cognitiva se pueden encontrar en varias disciplinas científicas, pero la investigación revolucionaria comenzó a ocurrir en la década de 1860, cuando los médicos reconocieron que las diferentes partes del cerebro tenían funciones diferentes. Esto llevó a un deseo de aprender más sobre la «caja negra» del cerebro, junto con el sistema nervioso en general. Se cree que los procesos cognitivos humanos, como la atención, el aprendizaje, la memoria, el desarrollo, el lenguaje, la emoción, la toma de decisiones y la resolución de problemas, están todos relacionados con mecanismos biológicos.
El cerebro es un órgano muy poco entendido, aunque cada vez se recopila más información sobre él, gracias a los esfuerzos de los científicos en disciplinas como la neurociencia cognitiva. A pesar de un estudio extenso, la complejidad del cerebro significa que es posible que los humanos nunca comprendan completamente los procesos detrás de su comportamiento. Sin embargo, los hallazgos de este campo pueden ayudar a ilustrar por qué algunas personas tienen problemas para aprender o por qué otras tienen dificultades para demostrar empatía.
Comprender la base biológica del comportamiento humano a través de la neurociencia cognitiva significa que los médicos tienen el potencial de ayudar a los pacientes con trastornos del comportamiento. Ya ha dado lugar a importantes avances en el tratamiento de la depresión y los trastornos del aprendizaje, así como a una comprensión general más profunda de la mente humana.