¿Qué es un microscopio fluorescente?

Un microscopio fluorescente es un dispositivo que se utiliza para examinar la cantidad y el tipo de fluorescencia emitida por una muestra. A diferencia de un microscopio convencional, un microscopio fluorescente crea imágenes legibles mediante el uso de irradiación y filtración, en lugar de la reflexión tradicional. Este tipo de microscopio es una herramienta vital en la investigación celular y genética, incluida la producción de imágenes tridimensionales de microbios.

La fluorescencia es un fenómeno que ocurre cuando un material se excita, o se vuelve más activo, por exposición a la radiación. A medida que el material comienza a calmarse, la energía creada por la excitación se emite en forma de luz. En algunas sustancias, la fluorescencia es una propiedad natural, lo que significa que no es necesaria ninguna irradiación externa para provocar la emisión de luz. Otras sustancias no son naturalmente fluorescentes, pero pueden llegar a serlo cuando se excitan con la longitud de onda correcta de la luz. Un microscopio fluorescente es el medio principal para excitar y observar dichos materiales.

En un microscopio fluorescente, una muestra se puede golpear con luz seleccionada específicamente para crear fluorescencia. Usando un filtro, el microscopio permite que solo la longitud de onda elegida llegue a la muestra, para asegurar la mejor reacción. La fuente de luz utilizada para crear fluorescencia puede variar, dependiendo del tipo de microscopio fluorescente y muestra. Una de las fuentes de luz más comunes utilizadas en microscopía fluorescente es una lámpara de vapor de mercurio, que crea una luz extremadamente brillante. Otro tipo de luz de uso frecuente es la lámpara de arco de xenón, que produce una luz similar a la luz del día. En algunas situaciones, se pueden usar láseres en lugar de luces tradicionales.

Una vez que se ha excitado la muestra, es necesario un segundo filtro para bloquear la longitud de onda inicial de la luz. Este filtro, conocido como divisor de haz, refleja la luz a una longitud de onda más baja que la utilizada para excitar la muestra. Esto significa que la imagen creada en el microscopio no será contaminada por la fuente de luz inicial, ya que la luz de mayor longitud de onda pasará a través del divisor de haz. Por lo tanto, la imagen final creada reflejará solo la luz fluorescente de la propia muestra.

El microscopio fluorescente tiene muchas aplicaciones diferentes en el mundo científico. La mayoría de las veces, se utiliza en el estudio de células y microorganismos, ya que puede identificar detalles específicos en muestras diminutas con un alto grado de precisión y claridad. Los investigadores médicos y biológicos utilizan con frecuencia la microscopía fluorescente para estudiar el ADN y el ARN, aprender sobre el comportamiento y los detalles estructurales de las células y estudiar los anticuerpos para comprender mejor las enfermedades.