Más de nueve millones de personas en el Reino Unido dicen que sus vidas están marcadas por la soledad, y muchos informan que pueden pasar días o incluso semanas sin ninguna interacción social. Muchos de estos individuos son ancianos y viven solos, a la deriva de un número cada vez menor de familiares y amigos. Las investigaciones han demostrado que la soledad aumenta las posibilidades de enfermarse, y un estudio de 2015 encontró que la soledad estaba relacionada con la muerte prematura. En enero de 2018, la primera ministra Theresa May nombró un nuevo «ministro de la soledad» para identificar formas de reconectarse con este segmento de la población británica.
«Ah, mira a toda esa gente solitaria»:
Tracey Crouch, cuyo título oficial es Ministra de Deportes y Sociedad Civil, diseñará una estrategia nacional para abordar el aislamiento social y encontrar formas de cuantificar la alienación y sus causas.
Se sabe que la soledad desencadena respuestas celulares que reducen la capacidad del cuerpo para combatir los virus y se ha relacionado con un aumento del 26 por ciento en la probabilidad de muerte prematura.
En los Estados Unidos, aproximadamente 42.6 millones de adultos mayores de 45 años admitieron experimentar soledad crónica en un estudio de 2010 realizado por AARP.