¿Qué es la cirugía reconstructiva de rodilla?

La rodilla está formada por varios tipos de tejidos y huesos que deben funcionar correctamente para mantener la articulación sana. Uno de los conjuntos de tejidos más importantes es el ligamento cruzado anterior (LCA), que se encuentra en el centro de la rodilla. Este ligamento ayuda a mantener unidos los huesos de la rodilla y puede dañarse gravemente si se tuerce más allá de sus posibilidades. Puede ser necesaria una cirugía reconstructiva de rodilla para reparar el ligamento y restaurar el movimiento normal de la rodilla. El LCA a veces puede curar sin cirugía, por lo que este proceso generalmente se reserva para las lesiones más graves.

Existen tres tipos de cirugía reconstructiva de rodilla: cirugía abierta, artroscopia y una combinación de ambas. Las lesiones más graves del LCA requerirán una cirugía abierta, en la que se realiza una incisión en la piel, lo que permite al cirujano acceder directamente a los tejidos desgarrados que necesitan reemplazo o reparación. Una cirugía artroscópica es mucho menos invasiva y la mayoría de las lesiones del LCA se pueden tratar con este tipo de cirugía reconstructiva de rodilla. Se hace una pequeña incisión cerca de la rodilla y se usa un taladro para cortar el hueso para que el cirujano pueda acceder al LCA. A veces, es necesaria una combinación de ambos tipos de cirugía para reparar completamente la rodilla.

Cuando se realiza una cirugía artroscópica reconstructiva de rodilla, el cirujano inserta un nuevo LCA a través de la incisión y lo fija en su lugar. Este nuevo LCA puede ser tejido humano o puede ser tejido artificial; en cualquier caso, el cirujano deberá quitar las fibras del LCA dañadas y reemplazarlas por las nuevas. Estas nuevas fibras se fijarán a los huesos y será necesario inmovilizar la rodilla durante un período prolongado para promover la curación. Este proceso de curación puede llevar mucho tiempo, ya que el flujo sanguíneo a la lesión puede ser limitado.

También puede ser necesaria una cirugía abierta para reparar otros daños en la rodilla. Un menisco desgarrado, por ejemplo, o una rótula dislocada, pueden necesitar ser tratados quirúrgicamente antes de poder tratar el desgarro del LCA. Si este es el caso, se puede realizar una cirugía abierta antes de la cirugía artroscópica para tratar el LCA desgarrado. El tiempo de recuperación para este tipo de cirugía reconstructiva de rodilla puede ser muy prolongado y será necesario inmovilizar la rodilla durante un período prolongado para permitir la curación sin riesgo de volver a lesionarse.