¿Qué es el clavo femoral?

El clavo femoral es una técnica quirúrgica que se utiliza para tratar un fémur o fémur fracturado o roto. El procedimiento consiste en insertar una varilla de metal llamada clavo intramedular o clavo femoral en el fémur y colocarlo de manera que se extienda verticalmente a lo largo de la diáfisis. A medida que la uña atraviesa el centro del hueso, sirve para mantener juntas las dos secciones rotas; Se pueden colocar tornillos en la parte superior e inferior para fijarlo en su posición, evitando que el hueso gire alrededor de la barra. En comparación con las férulas o yesos, este método tiene la ventaja de que la fractura femoral se estabiliza rápidamente y los pacientes se vuelven móviles antes, evitando las complicaciones de la inactividad a largo plazo, como los coágulos de sangre en las piernas.

Hay dos tipos principales de procedimientos de clavado femoral, descritos como anterógrado y retrógrado. El abordaje anterógrado implica insertar el clavo femoral desde la parte superior, o el extremo de la cadera del fémur, mientras que, en el abordaje retrógrado, el clavo entra desde el extremo de la rodilla. El enclavamiento femoral anterógrado es el método más comúnmente utilizado para tratar las fracturas de la diáfisis femoral, mientras que el abordaje retrógrado a veces se puede usar para fracturas más complejas, en personas obesas o en personas con múltiples lesiones.

El tipo de cirugía de fijación de la fractura femoral que se utiliza en la mayoría de los casos se conoce como clavado femoral escariado. Esto implica introducir un alambre guía a lo largo del eje del fémur, a través del sitio de la fractura y verificar su posición mediante rayos X. A continuación, se utiliza un instrumento de corte conocido como escariador para ahuecar un pasaje para la uña. Finalmente, el clavo femoral se inserta en el hueso y se fija en su lugar.

El escariado conlleva un pequeño riesgo de enviar pequeños trozos de grasa a la circulación, lo que en ocasiones podría tener consecuencias fatales debido al bloqueo de los vasos sanguíneos y lesiones en los tejidos. Por esta razón, algunos cirujanos han preferido utilizar una técnica de clavado femoral sin fresar. A pesar de esto, generalmente se considera que el enclavado femoral escariado tiene más ventajas, ya que el método sin escariar se asocia con más casos de retraso en la curación ósea y huesos que no logran curar.

Después de la cirugía de clavo femoral, los pacientes normalmente permanecen en cama solo uno o dos días. Luego, bajo supervisión, se puede usar un andador como apoyo hasta que la persona se sienta capaz de moverse con muletas. Un fisioterapeuta recomendará ejercicios que deberán realizarse para ayudar en el proceso de recuperación. Tan pronto como las personas puedan moverse de forma independiente y segura, deberían poder regresar a casa, mientras que una recuperación completa puede llevar hasta 12 semanas.