Una reparación perineal es un procedimiento quirúrgico que se utiliza para cerrar desgarros o cortes en el perineo, una parte muscular de la anatomía femenina que se extiende desde la vagina hasta el ano. El procedimiento se realiza con mayor frecuencia después de un parto natural. Muchas mujeres desarrollan desgarros a lo largo del perineo mientras empujan al bebé hacia afuera, y algunos asistentes médicos también hacen cortes intencionalmente en esta región para agrandar la abertura vaginal con la esperanza de facilitar el parto. Este tipo de cortes intencionales se conocen como episiotomías. Si no se reparan los desgarros o los cortes, la mujer corre el riesgo de sufrir infecciones y más complicaciones. El procedimiento suele ser bastante simple, con suturas y poco más. Los desgarros graves o los cortes muy profundos a veces requieren técnicas más avanzadas e invasivas, pero en general, el procedimiento es rápido y la mayoría de las mujeres se curan rápidamente.
Razones por las que puede ser necesaria una reparación
La reparación perineal es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes que se realizan en los hospitales, generalmente como resultado del parto. El desgarro vaginal es muy común durante un parto natural, y muchos médicos utilizan con frecuencia las episiotomías. En casos más raros, un desgarro perineal puede ocurrir durante la actividad sexual. Esto es más común en mujeres jóvenes y adolescentes, particularmente cuando sus parejas sexuales son mucho más grandes que ellas, aunque a veces también ocurre como resultado de un trauma o penetración forzada.
Herramientas necesarias y procedimiento básico
La reparación generalmente implica coser los tejidos desgarrados o cortados para permitir una curación adecuada. Desde el punto de vista quirúrgico, el procedimiento suele ser bastante sencillo, aunque mucho de esto depende de las circunstancias.
Suele ser el más directo en el caso de una episiotomía. Un corte de episiotomía es generalmente una línea recta desde la abertura vaginal hasta el perineo, y se administra al mismo tiempo que la cabeza del bebé comienza a emerger o «coronarse». Este procedimiento proporciona un corte más recto que es más fácil de reparar, aunque el daño al perineo y la vagina suele ser más severo que un desgarro natural. Las mujeres que tienen lágrimas muy grandes o irregulares suelen presentar los casos más desafiantes.
Sincronización
La mayoría de los expertos médicos recomiendan realizar reparaciones perineales tan pronto como sea posible después de que ocurra el daño por primera vez. En situaciones de parto en el hospital, es común que los médicos suturen a las mujeres casi inmediatamente después del nacimiento, generalmente mientras se lava y pesa al bebé. Por lo general, el sitio se monitorea durante los próximos días para asegurarse de que se esté curando como debería.
Cuidado y curación
Por lo general, es bastante fácil cuidar el sitio después de que se haya realizado la reparación. Muchos médicos usan puntos de sutura que simplemente desaparecerán una vez que el perineo haya cicatrizado, lo que elimina la necesidad de una nueva visita para que se los extraigan. Además, a muchas mujeres les resulta útil tomar analgésicos leves para aliviar las molestias. Por lo general, se recomienda que el sitio se mantenga limpio y seco, pero sumergir el área brevemente en un baño de asiento puede ser reconfortante.
El área suele estar dolorida durante varios días y es posible que se necesite una almohada especial para reducir la presión sobre la vagina y el perineo. El tiempo de curación varía de una mujer a otra y puede oscilar entre una semana y más de un mes, según la gravedad de la lesión original.
Situaciones de reparación más intensivas
Si el perineo se ha desgarrado o cortado muy profundamente, es posible que se necesite una reparación adicional en forma de cirugía más invasiva o suturas adicionales. Si los músculos debajo de la piel están gravemente dañados, el paciente puede experimentar un dolor intenso junto con incontinencia fecal o urinaria. Los cirujanos pueden abordar este tipo de problemas de manera más completa con procedimientos reconstructivos que a menudo son mucho más invasivos que una simple reparación centrada en puntos.
Prevención
Es comprensible que muchas mujeres quieran prevenir desgarros o episiotomías durante el parto, y hay algunas cosas que pueden intentar para minimizar su necesidad de reparación en estas circunstancias. Algunos sugieren que un masaje suave en las semanas previas al parto puede ayudar a estirar suavemente el área. Esto se puede hacer usando dos dedos limpios insertados en la parte inferior de la vagina y aplicando una presión suave hasta que surja una ligera sensación de escozor. Otro método es dejar de empujar justo cuando la cabeza del bebé corona, lo que permite que emerja lenta y suavemente. Esto le da a las paredes flexibles de la vagina el tiempo suficiente para estirarse naturalmente, lo que puede prevenir desgarros graves.