La terapia interferencial es una forma de terapia de estimulación eléctrica que implica la aplicación de dos corrientes a frecuencias ligeramente diferentes que interfieren entre sí en los tejidos del cuerpo y generan una tercera corriente de baja frecuencia. Puede usarse para tratar esguinces y otras lesiones musculares bajo la dirección de un médico o fisioterapeuta. No todos los pacientes son candidatos adecuados para la terapia interferencial. Es importante realizar una evaluación minuciosa del paciente antes de continuar con la terapia.
La estimulación eléctrica de los nervios y los músculos se puede realizar de varias formas. Parece bloquear las señales de dolor y también puede promover una mayor fuerza y flexibilidad muscular. En fisioterapia, el uso de técnicas como la terapia interferencial puede mejorar los resultados del paciente. Los críticos advierten que la terapia interferencial no se ha estudiado ampliamente en condiciones controladas, y algunas de las afirmaciones hechas al respecto pueden no resistir una evaluación científica rigurosa.
En una sesión, el médico aplica electrodos al área de interés y activa la máquina para administrar de 10 a 15 minutos de terapia al paciente. El paciente puede experimentar una sensación de hormigueo, pero la terapia interferencial no debería lastimarla ni conmocionarla. El método de administración continua varía de otras técnicas en las que los pacientes reciben una serie de pulsos para estimular los músculos y los nervios. Esta terapia puede repetirse varias veces a la semana y debe formar parte de un régimen de fisioterapia más amplio.
Los orígenes de esta terapia se encuentran en Europa, donde los fisioterapeutas comenzaron a utilizarla en la década de 1950. El uso de corrientes de frecuencia media evita algunos de los problemas con la aplicación directa de corrientes de baja frecuencia. La estimulación interferencial puede penetrar más profundamente mientras imita los efectos de una corriente de baja frecuencia a través de la interferencia entre las dos frecuencias. El paciente debe experimentar una avalancha de endorfinas alrededor del sitio durante las sesiones de terapia, con efectos secundarios mínimos.
Los pacientes interesados en la terapia de estimulación eléctrica pueden discutirlo con un médico y un fisioterapeuta. Puede tener algunos usos potenciales en un caso dado, y un médico puede autorizar al paciente para el tratamiento con una entrevista y un examen físico. Es posible que los pacientes con marcapasos y otros dispositivos médicos electrónicos no puedan utilizar la terapia interferencial, y es importante utilizar equipos diseñados y clasificados para este propósito. Los pacientes también pueden solicitar ver los registros de inspección y mantenimiento para confirmar que el equipo está en buenas condiciones de funcionamiento y será seguro para su uso.