¿Es seguro combinar antihistamínicos y alcohol?

Los antihistamínicos son medicamentos que actúan contra la producción de histaminas en el cuerpo, lo que ocurre como parte de una reacción alérgica. La combinación de antihistamínicos y alcohol, como con cualquier otro fármaco, es imprudente y puede ser peligrosa, sobre todo si el paciente consume una gran cantidad de cualquiera de las sustancias. Algunos antihistamínicos interactúan mal con el alcohol y no son seguros para tomar en combinación con una bebida. Otros tipos más modernos de antihistamínicos están formulados para prevenir efectos secundarios como la somnolencia, y estos medicamentos se pueden tomar de manera segura en combinación con un consumo moderado de alcohol.

Hay varios tipos diferentes de antihistamínicos disponibles, ya sea con receta médica o sin receta. La mayoría de los medicamentos de venta libre existen desde hace varios años y pertenecen a la categoría de antihistamínicos de primera generación. Los efectos secundarios comunes de los antihistamínicos en este grupo incluyen somnolencia, cierto grado de sedación, palpitaciones cardíacas y deterioro de la visión, como dificultad para concentrarse. El consumo de estos antihistamínicos y alcohol dentro del mismo período de ocho horas puede provocar un aumento de los efectos secundarios de los medicamentos y no es seguro.

Los antihistamínicos de segunda generación excluyen muchas de las sustancias químicas que fueron las causas principales de los efectos secundarios de los antihistamínicos de la primera generación. Por lo general, estos antihistamínicos no están disponibles sin receta médica; también duran más que los medicamentos de primera generación y no producen somnolencia. La combinación de antihistamínicos de segunda generación y alcohol, por lo tanto, no conlleva el riesgo de un aumento de la somnolencia. Los profesionales médicos advierten contra la combinación, sin embargo, debido a otras interacciones antihistamínicas potencialmente peligrosas que pueden causar problemas cardíacos graves.

La nueva clase de antihistamínicos no sedantes y no somníferos actúa dirigiéndose a receptores de células nerviosas específicas y, de esta manera, los productos químicos evitan estimular las células que causan los efectos secundarios sedantes de los antihistamínicos. El empaque de estos medicamentos no contiene advertencias sobre el uso de antihistamínicos y alcohol. Los profesionales médicos advierten contra el consumo de alcohol con cualquier droga; sin embargo, parece que no es peligroso beber alcohol con moderación cuando se toman antihistamínicos no sedantes.

Los usos de antihistamínicos han aumentado desde el descubrimiento de la clase de fármacos no sedantes, que han proporcionado alivio a los pacientes con enfermedades alérgicas crónicas. Muchos usuarios sufrieron durante años los efectos secundarios de los antihistamínicos de la primera y segunda generación. La nueva generación de medicamentos puede controlar las alergias más graves sin ninguno de los riesgos de las versiones anteriores.