Un gastroscopio se refiere a un tipo de instrumento médico llamado endoscopio. Este tubo de plástico flexible mide aproximadamente 4 pies (1.22 metros) de largo. El gastroscopio utiliza tecnología de fibra óptica que produce luz para que funcione como una cámara. El médico usa un gastroscopio para ver el tracto gastrointestinal. El gastroscopio es útil para evaluar las condiciones del esófago, el estómago y porciones del duodeno delgado o del intestino. El endoscopio se puede utilizar en el hospital o en un entorno ambulatorio, según las circunstancias.
Además de permitirle al médico ver las estructuras del sistema gastrointestinal, el gastroscopio también le permite tomar muestras de tejido. Este instrumento contiene un túnel hueco que permite al médico obtener una biopsia y administrar ciertos medicamentos para tratar diversas afecciones médicas. El término científico para las pruebas médicas que se utilizan con el gastroscopio es esofagogastroduodenoscopia. Este procedimiento, también conocido como EGD, se realiza a menudo cuando el médico sospecha anomalías en la deglución o en el intestino delgado o el estómago.
Un uso común del gastroscopio es determinar el motivo del sangrado gastrointestinal. Además, el endoscopio es útil para ayudar al médico a determinar la ubicación correcta de una gastrostomía o sonda de alimentación. Antes del procedimiento, al paciente generalmente se le administra un aerosol anestésico tópico que adormece la garganta. El anestésico se administra para suprimir el reflejo nauseoso y permitir el paso más fácil del tubo. Después de la anestesia, generalmente se administra un medicamento intravenoso para ayudar al paciente a relajarse.
Una vez que el médico haya determinado que el paciente está lo suficientemente relajado, pasará lentamente el endoscopio por la cavidad bucal. Con la parte posterior de la garganta adormecida por la anestesia, pasará el tubo hacia el estómago y el duodeno. La EGD generalmente no es dolorosa, pero puede iniciar náuseas a pesar del uso del agente anestésico. Después de la EGD, el paciente puede tener dolor de garganta y sentirse ligeramente hinchado.
Generalmente, este procedimiento es seguro. Sin embargo, al igual que con cualquier procedimiento médico invasivo, existen riesgos. En raras ocasiones, pueden producirse perforaciones del esófago o del estómago, al igual que los vómitos. Además, existe el riesgo de que el paciente experimente reacciones adversas por el agente anestésico o los sedantes. Por lo general, si se producen vómitos o efectos secundarios de los medicamentos, se pueden controlar de manera eficaz y sin incidentes. Por lo general, cuando se produce el vómito, es el resultado de la activación del reflejo nauseoso. Esta reacción suele ser leve y transitoria.