La tetraciclina y la doxiciclina son parte de una clase de antibióticos de amplio espectro conocidos como antibióticos de tetraciclina. Todos los antibióticos de esta clase de medicamentos se derivan de la misma estructura básica de anillo de cuatro hidrocarburos. Sin embargo, cada medicamento es ligeramente diferente en términos de estructura de anillo exacta, usos recomendados, farmacocinética y resistencia bacteriana documentada. Los médicos recetan ambos medicamentos para muchas de las mismas infecciones, pero se ha demostrado que cada medicamento es más eficaz que el otro en determinadas aplicaciones.
La principal diferencia entre la tetraciclina y la doxiciclina radica en la farmacocinética de cada medicamento. La farmacocinética es simplemente cómo el cuerpo responde o actúa sobre ciertos medicamentos. Esto incluye cómo el cuerpo distribuye el fármaco, lo metaboliza y finalmente lo elimina. Por ejemplo, la tetraciclina se concentra metabólicamente en diferentes tejidos corporales que en la doxiciclina. La doxiciclina, por ejemplo, alcanza la concentración metabólica más alta en los ojos, mientras que la tetraciclina se concentra principalmente en los fluidos corporales.
Dado que la tetraciclina y la doxiciclina se concentran en diferentes tejidos, un medicamento podría ser mejor para combatir infecciones en un área particular del cuerpo que otro medicamento. Estas diferencias explican usos clínicos o recomendados tanto similares como variables. Las infecciones bacterianas como la clamidia, la enfermedad de Lyme y el ántrax se benefician del tratamiento con tetraciclina o doxiciclina. Como profiláctico o prevención contra la propagación de infecciones bacterianas contagiosas como la malaria y la peste bubónica, la doxiciclina suele ser más eficaz. A algunos viajeros se les suele recetar doxiciclina antes de viajar a zonas conocidas por las infecciones de malaria.
Las recomendaciones de administración de medicamentos, como tomar con o sin alimentos, agua, productos lácteos y otras precauciones, están directamente relacionadas con la farmacocinética. Las precauciones de administración ilustran otra diferencia entre la tetraciclina y la doxiciclina. Específicamente, se sabe que los antibióticos se unen a los alimentos y minerales como el magnesio, el calcio y el hierro. En consecuencia, a menudo se aconseja a los pacientes que eviten combinar ciertos alimentos o suplementos con antibióticos para favorecer una mejor absorción.
Por lo general, se aconseja a los pacientes que no tomen tetraciclina con alimentos, lácteos, suplementos de hierro o antiácidos. Alternativamente, a los pacientes que toman doxiciclina se les permite tomar el medicamento con alimentos, ya que no se une a las proteínas en los alimentos con tanta facilidad. Las precauciones como evitar los suplementos de hierro o calcio, los productos lácteos o los antiácidos siguen siendo las mismas para ambos medicamentos.
En términos de descubrimiento y uso, la tetraciclina se introdujo antes que la doxiciclina. Primero derivada de la bacteria Streptomyces aureofaciens, la tetraciclina se considera un compuesto natural. Por el contrario, la doxiciclina se considera un antibiótico semisintético. Los investigadores, en respuesta al aumento de la resistencia de ciertas bacterias a los antibióticos, sintetizaron cambios específicos en la estructura del anillo de otros antibióticos de tetraciclina para desarrollar doxiciclina. Comparando tetraciclina y doxiciclina, la doxiciclina ha demostrado ser más eficaz contra cepas resistentes de ciertas infecciones bacterianas.