No hay advertencias específicas contra el uso de cefuroxima y alcohol, pero en algunos pacientes la combinación puede ser desaconsejada. Es posible que los pacientes con antecedentes de consumo elevado de alcohol deseen hablar de esto cuando un médico recomiende la terapia con cefuroxima. La combinación también puede ser una preocupación en los casos en que un paciente tiene problemas hepáticos o renales subyacentes, que pueden requerir un ajuste de dosis y algunos cambios en el estilo de vida para reducir los riesgos.
Este medicamento es un antibiótico de la familia de las cefalosporinas, que se usa para tratar infecciones bacterianas. Las personas con enfermedad hepática y renal existente pueden tener riesgo de complicaciones, especialmente si combinan cefuroxima con alcohol. El alcohol puede sobrecargar el hígado en combinación con el medicamento y puede interferir con el metabolismo, lo que podría provocar niveles anormales de la droga en el torrente sanguíneo. Podría volverse menos eficaz o podría aumentar su concentración y aumentar el riesgo de efectos secundarios.
Algunos pacientes experimentan náuseas, vómitos y calambres intestinales extremos cuando combinan cefuroxima y alcohol. Esto tiende a ser más común cuando las personas tienen antecedentes de alcoholismo o consumo excesivo de alcohol. Es posible que deban dejar de beber temporalmente o reducir el consumo mientras toman el antibiótico para disminuir la posibilidad de experimentar estos efectos secundarios desagradables. Las personas con inquietudes sobre el consumo de alcohol pueden querer mencionarlas para discutir las opciones de tratamiento.
En personas sanas, sin antecedentes de consumo excesivo de alcohol, generalmente no existen riesgos específicos con la cefuroxima y el alcohol. Los pacientes que noten síntomas como náuseas, mareos o desorientación después de combinar los dos pueden discutir esto con un profesional médico. Se les puede recomendar que eviten el alcohol durante la terapia para limitar la posibilidad de interacciones futuras. También es posible que estos efectos secundarios puedan ser causados por el medicamento solo, en cuyo caso pueden continuar después de que el paciente deja de beber, lo que indica que puede ser necesario cambiar a un antibiótico diferente.
Los profesionales médicos pueden recomendar no combinar cefuroxima y alcohol desde el principio con el objetivo de prevenir complicaciones. Esto puede basarse en la experiencia con pacientes anteriores o en problemas en el historial de un paciente que podrían aumentar la posibilidad de una mala reacción. Las personas que no están seguras de si la combinación es segura pueden pedir consejo y pueden recibir información específica sobre cuántas bebidas son seguras y si deben evitar las bebidas alcohólicas fuertes mientras toman el antibiótico.