¿Qué es la fidaxomicina?

Los médicos pueden recetar fidaxomicina para el tratamiento de Clostridium difficile y la diarrea asociada. El producto antiinfeccioso oral se dirige específicamente al organismo Clostridium. Los informes indican que la fidaxomicina causa menos efectos secundarios gastrointestinales comúnmente asociados con los antibióticos. Los estudios también sugieren que menos pacientes sometidos a tratamiento con el medicamento experimentan un resurgimiento de la colonización bacteriana.

La fidaxomicina pertenece a un grupo de antibióticos macrocíclicos. Estos fármacos farmacéuticos particulares tienen una estructura molecular compuesta por un gran anillo macrólido al que se unen uno o más azúcares. Los laboratorios formulan fidaxomicina fermentando bacterias conocidas como Dactylosporangium aurantiacum. Las tabletas están recubiertas con una capa entérica, lo que asegura que el medicamento solo se active después de viajar al intestino.

El modo de acción del medicamento implica inhibir la enzima requerida por el ácido ribonucleico (ARN). El ARN realiza funciones intracelulares que incluyen la formación de proteínas y la replicación celular. Si se evita la actividad celular normal, las bacterias mueren. Antes de recetar antibióticos, los médicos suelen solicitar un cultivo de heces para identificar positivamente las especies de bacterias específicas. El uso de fidaxomicina para infecciones distintas de Clostridium difficile puede producir cepas resistentes de otras especies de bacterias.

El intestino absorbe cantidades mínimas del medicamento. La mayoría permanece en la ubicación prevista. A diferencia de muchos otros antibióticos, la fidaxomicina no elimina la flora normal, que puede causar infecciones por hongos. Los pacientes generalmente toman una tableta de fidaxomicina de 200 miligramos, con o sin alimentos, dos veces al día durante 10 días.

Los efectos secundarios típicos asociados con el antiinfeccioso incluyen dolor abdominal con posibles náuseas y vómitos. En raras ocasiones, los pacientes pueden sufrir hemorragia gastrointestinal. Algunos pacientes pueden experimentar anemia con una disminución particular en la cantidad de neutrófilos, glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico que combate las infecciones.

Como Clostridium difficile, o C. diff, las bacterias existen naturalmente en el medio ambiente, las personas sanas comúnmente tienen las bacterias en su tracto digestivo. Los científicos informan que las cepas de C. diff se han vuelto más resistentes a los medicamentos y las infecciones son más frecuentes y graves. Las personas con sistemas inmunitarios comprometidos, hospitalizaciones recientes o terapia con antibióticos reciente tienen más probabilidades de desarrollar una superpoblación de la bacteria.

Las bacterias producen toxinas que irritan el revestimiento del intestino y la inflamación produce síntomas que generalmente comienzan con malestar abdominal y diarrea acuosa. Los síntomas graves o potencialmente mortales que requieren intervención médica incluyen fiebre, heces con sangre o llenas de pus y heces acuosas continuas a lo largo del día. La infección puede provocar rápidamente deshidratación, desequilibrio electrolítico y pérdida de peso.