Una cistectomía ovárica laparoscópica es un tipo de cirugía que tiene como objetivo extirpar los quistes ováricos del cuerpo de la mujer sin necesidad de hospitalización ni cicatrices importantes. El procedimiento implica el uso de un laparoscopio, que es un pequeño dispositivo con una luz y una cámara, que le permite al médico ver el interior del cuerpo durante la cirugía. Dado que esta herramienta es tan pequeña, la mayoría de los pacientes solo necesitan hacer unas pocas incisiones pequeñas en lugar de un corte grande, lo que resulta en cicatrices menos notorias. El procedimiento se considera no invasivo y, por lo general, se realiza de forma ambulatoria. Desafortunadamente, las mujeres con quistes particularmente grandes o sólidos, o cuyos ovarios necesitan ser extirpados, generalmente necesitan que se les practique una cistectomía ovárica convencional.
Durante la cistectomía ovárica laparoscópica típica, el laparoscopio se inserta en una pequeña hendidura cerca del ombligo. La luz y la cámara en el extremo de este dispositivo, junto con el dióxido de carbono que se puede insertar en el cuerpo, permiten al médico ver el interior con claridad. La mayoría de los médicos también necesitan hacer algunos otros cortes pequeños en el abdomen para colocar los instrumentos adicionales necesarios para extraer los quistes. Dado que los quistes deben poder pasar a través de pequeñas hendiduras en el abdomen, los que son particularmente grandes, sólidos o adheridos a una gran cantidad de tejido ovárico no se pueden extirpar normalmente con una cistectomía ovárica laparoscópica. Muchas pacientes prefieren este procedimiento, ya que generalmente demora una hora o menos, y la mayoría de las personas pueden regresar a casa solo unas horas después del procedimiento, a diferencia de una cistectomía ovárica estándar.
Como cualquier cirugía, existen riesgos relacionados con una cistectomía ovárica laparoscópica. Por ejemplo, uno o todos los sitios de la incisión pueden infectarse y causar enrojecimiento, dolor, secreción y fiebre. Algunos pacientes también pueden notar un sangrado excesivo después. Además, la mayoría de los pacientes se colocan bajo anestesia general durante la cirugía, lo que significa que existe cierto riesgo de tener una reacción negativa a este poderoso medicamento.
También hay algunos efectos secundarios para los que debe prepararse después de una cistectomía ovárica laparoscópica, aunque generalmente son leves. Por ejemplo, la mayoría de las mujeres sienten algo de sensibilidad cerca de las incisiones durante los primeros días después de la cirugía, así como náuseas e hinchazón. La fatiga, el sangrado vaginal, el dolor de estómago y los calambres también son efectos secundarios comunes de este procedimiento. La mayoría de las mujeres deben estar completamente curadas aproximadamente un mes después de una cistectomía ovárica laparoscópica.