En muchos sistemas de creencias chamánicas, se cree que el alma puede separarse y viajar lejos del cuerpo para obtener sabiduría o poder. Se cree que el alma también abandona el cuerpo para protegerse de cualquier daño o dolor inminente, como la violencia doméstica o una lesión traumática. Cuando una parte del alma de una persona desaparece, comienzan a manifestarse varios síntomas: debilidad, letargo, sensación de estar incompleto o falta de iniciativa. El alma se puede reparar. Los rituales de curación chamánicos y de la Nueva Era que restauran las piezas del alma a su cuerpo original se denominan recuperación del alma.
Primero, el sanador habla con el cliente para obtener información de antecedentes y establecer una buena relación. Para que la recuperación del alma funcione, tanto el sanador como el cliente deben estar en un estado elevado de conciencia y el sanador debe estar en sintonía con el alma del cliente. Tradicionalmente, esto se logró mediante el uso de plantas narcóticas o alucinógenas, pero en los tiempos modernos esto se ha ilegalizado por razones de seguridad. Otros métodos para lograr la alteración de la conciencia incluyen la meditación de respiración profunda, el tamborileo, el canto o los patrones binaurales. Estos patrones envían una frecuencia de audio diferente a cada oído y alteran las ondas cerebrales de la persona para inducir la relajación.
Una vez que el sanador ha entrado en una conciencia alterada y ha tenido una idea del alma del cliente, puede proyectarse astralmente para encontrar las partes perdidas del alma. La proyección astral implica separar una parte de la conciencia del cuerpo físico y enviarla a otra parte; en este caso, al lugar donde se ha ido el alma. Es posible que el sanador deba buscar en varios lugares para encontrar los fragmentos de alma. Una vez localizados, se dialoga con el alma para intentar convencerla de que regrese al cuerpo. Intentar forzar la recuperación del alma puede ser potencialmente dañino; es posible que el alma no esté preparada para reunirse y, por lo tanto, se irá de nuevo.
Un cristal de alma se usa a menudo para sintonizar la energía de la persona con el cristal para que los fragmentos de alma se puedan ubicar y almacenar durante la recuperación del alma. Se cree que la estructura rígida de los cristales los hace más receptivos a otras longitudes de onda de energía. La sintonización implica colocar el cristal contra la frente de la persona para absorber algo de energía del chakra del tercer ojo, o centro de energía, en el medio de la frente. Al regresar, el alma vuelve a entrar en el cuerpo a través del mismo chakra que durante la proyección astral.