Un tapón nasal es un método de tratamiento para una hemorragia nasal en el que la nariz se rellena con material absorbente para detener el sangrado. Otras opciones para el tratamiento de las hemorragias nasales incluyen la cauterización de los vasos sangrantes para evitar que sangren y la cirugía para abordar las variaciones congénitas que pueden estar causando que alguien experimente un nivel anormalmente alto de hemorragias nasales. Es importante que el taponamiento nasal sea realizado por un médico experimentado, ya que existen riesgos involucrados.
Hay dos fuentes diferentes de taponamiento nasal. Uno es un producto de paquete nasal preenvasado que está diseñado para insertarse en la nariz como una sola unidad. Estos productos a menudo están hechos de espuma y se expanden una vez insertados para mantenerse en su lugar. Los productos preenvasados también pueden tener tubos para permitir el intercambio de aire, junto con pequeñas asas para que se puedan reposicionar o sacar. Estos productos se suministran en envases estériles y están destinados a un solo uso.
Otra fuente es simplemente gasa u otros materiales de vendaje que están disponibles en el momento en que un paciente presenta una hemorragia nasal. Un problema con este método es que la nariz puede lesionarse durante el proceso de empaque, porque es posible que el médico necesite usar herramientas como fórceps. Se debe tener cuidado al preparar un paquete nasal con materiales de vendaje para asegurarse de que esté firmemente en su lugar, pero sin lastimar al paciente.
En algunos casos, se puede medicar un paquete nasal. Los medicamentos pueden diseñarse para promover la coagulación, detener el sangrado o aliviar el dolor y el dolor en la nariz. Los paquetes nasales empaquetados pueden venir premedicados para mayor comodidad. En cualquier caso, el paquete aplica presión mientras absorbe sangre para detener el sangrado y mantener al paciente cómodo.
Uno de los riesgos de un tapón nasal es que puede inhibir la respiración por la nariz, lo que significa que el paciente debe respirar por la boca y es importante asegurarse de que las vías respiratorias bucales estén despejadas. Se debe controlar al paciente para detectar signos de sangre que puedan estar goteando por la garganta, y se debe alentar a que se siente erguido o en una ligera reclinación, y que no se recueste del todo.
Los paquetes nasales se pueden retirar después de unas horas o días, según los motivos de la inserción y las particularidades del caso del paciente. Un médico debe realizar la extracción para que se pueda revisar la nariz en busca de signos de problemas persistentes. Se le puede recomendar al paciente que se abstenga de hurgarse o sonarse la nariz durante unos días para darle la oportunidad de recuperarse.