La prueba de reflujo ácido, también llamada prueba de pH esofágico, es una prueba de 24 horas que monitorea los niveles de ácido que fluyen entre el estómago y el esófago. Es un procedimiento indoloro que utiliza una sonda y un monitor para registrar los niveles de ácido durante las actividades diarias normales del paciente. Los médicos utilizan esta prueba para buscar afecciones específicas, como acidez de estómago y enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Los resultados de las pruebas también se pueden usar para medir la efectividad de los tratamientos prescritos actualmente para afecciones relacionadas con el ácido.
A los pacientes se les coloca una pequeña sonda que accede a la parte inferior del esófago a través de la nariz. La sonda se conecta a un monitor que el paciente puede sujetar a la ropa, lo que lo hace más cómodo de llevar durante el período de prueba de 24 horas. Durante las actividades diarias, el paciente presiona un botón en el monitor para registrar los niveles de ácido. Las mediciones importantes del nivel de ácido durante actividades como acostarse o comer pueden ayudar a los médicos a diagnosticar una afección o evaluar la eficacia de los tratamientos para las afecciones existentes.
Para algunos pacientes, la sonda de prueba puede causar demasiada incomodidad. En este caso, los médicos pueden elegir una técnica alternativa que implica insertar una cápsula en el esófago. Los médicos colocan la cápsula, llamada cápsula de pH Bravo, asegurándola al revestimiento del esófago. La cápsula transmite información a un receptor a través de ondas de radio, registrando los niveles de ácido de manera muy similar a la prueba de la sonda y el monitor. La cápsula se disuelve y se expulsa del cuerpo del paciente en aproximadamente dos días.
Antes de que se lleve a cabo el procedimiento, los pacientes deben hablar con su médico sobre cualquier medicamento que estén tomando actualmente. Algunos medicamentos pueden estar bien para tomar durante la prueba o incluso ser necesarios, como en el caso de evaluar la efectividad de los medicamentos recetados para el reflujo ácido, por ejemplo. Otros, sin embargo, pueden sesgar inadvertidamente los resultados de las pruebas, como los antiácidos de venta libre, los medicamentos para las úlceras como el omeprazol o los medicamentos para el corazón como la isosorbida.
Para prepararse para el procedimiento, normalmente se pide a los pacientes que no coman ni beban durante seis horas antes de la prueba de reflujo ácido. Si una paciente está embarazada, es alérgica a algún medicamento o tiene una enfermedad cardíaca o pulmonar, debe informar al médico antes de la prueba. Durante la prueba, el paciente realiza sus actividades diarias normales, teniendo cuidado de no mojar el monitor al bañarse o ducharse. Por lo general, se pide a los pacientes que registren información en el monitor de prueba de reflujo ácido mientras comen, beben y se acuestan.
Los resultados de la prueba de reflujo ácido se utilizan para ayudar a los médicos a diagnosticar afecciones relacionadas con el ácido y para determinar los tratamientos adecuados. Los médicos incluso pueden sugerir cambios en la dieta como parte de un régimen de tratamiento general. Algunos pacientes pueden experimentar molestias después del procedimiento, generalmente debido a la sonda de prueba o la cápsula desechable. Estos efectos son generalmente leves y temporales. Los médicos suelen recomendar una pastilla para el dolor de garganta para ayudar a aliviar los efectos secundarios dolorosos.