El bloqueador del receptor adrenérgico B1, o bloqueador beta, bisoprolol fue aprobado en 1992 por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) para su uso en el tratamiento de la presión arterial alta. En 2011 se usa para tratar una amplia variedad de otras afecciones, como angina, pánico escénico, flujo sanguíneo reducido a la cabeza y para prevenir el trastorno de estrés postraumático. A pesar de su perfil de seguridad relativamente inocuo, algunos de los efectos secundarios del bisoprolol pueden ser graves, incluida la exacerbación o precipitación de ataques de hipoglucemia, asma y bradicardia. Las personas con riesgo de padecer estas afecciones, así como las que padecen enfermedades hepáticas o renales o que toman ciertos medicamentos, deben tomar una dosis inicial más baja de bisoprolol. Debido a la resistencia genética a la acción de los betabloqueantes, se debe coadministrar una dosis activa de un diurético a pacientes de raza negra que estén usando medicamentos como bisoprolol.
Cuando se usa este betabloqueante para tratar la presión arterial alta en adultos menores de 65 años, se debe administrar una dosis inicial de bisoprolol de 5 mg por vía oral una vez al día. Se puede administrar una dosis de mantenimiento entre 5 mg y 20 mg una vez al día si es necesario. El mismo régimen sin dosis de mantenimiento puede usarse en la prevención de ataques de angina de pecho, para tratar despolarizaciones ventriculares prematuras o para controlar la taquicardia supraventricular. Dependiendo de la respuesta del paciente, la dosis de bisoprolol puede aumentarse a 10 mg después de tres días y luego a 20 mg en otros tres días.
En pacientes adultos con insuficiencia cardíaca congestiva, se debe tomar una dosis inicial de 1.25 mg por vía oral una vez al día, con o sin alimentos. Si esta dosis se tolera bien después de 48 horas, se puede aumentar en 1.25 mg. La evaluación de los aumentos de dosis debe realizarse cada siete días, con aumentos que no excedan una dosis diaria de bisoprolol de 5 mg.
Las recomendaciones posológicas para pacientes con insuficiencia renal de moderada a grave, definida como niveles de CrCl inferiores a 40 ml / min, deben recibir una dosis inicial de 2.5 mg una vez al día, con una dosis de mantenimiento entre 2.5 mg y 20 mg una vez al día. Los pacientes que sufren de función hepática disminuida deben seguir las mismas recomendaciones posológicas. También se debe tener precaución al determinar la dosis apropiada de bisoprolol para administrar a pacientes con antecedentes de asma, enfermedad broncoespástica, insuficiencia cardíaca, enfermedad vascular periférica o diabetes, particularmente en dosis superiores a 20 mg por día.
La interrupción de este medicamento debe realizarse gradualmente y bajo estrecha supervisión médica. Ha habido varios casos de exacerbación de la angina, así como ataques cardíacos repentinos y arritmias ventriculares después del cese repentino del tratamiento. Estos riesgos son aún más pronunciados en pacientes con enfermedad de las arterias coronarias.